Descubre la Psiconutrición

Aprende a comer con cabeza

Nuestro estado de ánimo influye en la forma de alimentarnos. Y prueba de ello, es que muchas veces, la comida se convierte en nuestro mejor refugio. Aprende a diferenciar el hambre físico del emocional.

Seguro que en más de una ocasión, tras pasar un duro y estresante día de trabajo, nada más llegar a casa, te has dado un gran homenaje a base de chocolate o patatas fritas. Y es que el hecho de estar alegre o deprimido puede influir en nuestra forma de comer. Pero, ¿por qué? Según Montse Bascuas, psicóloga del Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) “muchas veces comemos más para anestesiarnos que para alimentarnos. La comida se convierte en el mejor consuelo o vía de escape cuando surgen dificultades o preocupaciones, porque el placer es in – mediato. Sin embargo, tras esa sensación de bienestar, suele aparecer el sentimiento de culpa, por haber comido un alimento hipercalórico y poco beneficioso para el or – ganismo y lo peor de todo es que continúa el malestar emocional. Hemos calmado la ansiedad, pero seguimos sintiéndonos mal”. No hay duda entonces de que la clave está en aprender a distinguir el hambre físico del emocional y aprender que nuestra forma de comer está determinada por el cerebro emocional. Y es ahí donde es esencial la psiconu – trición. “Consiste en considerar nuestras emociones y su influencia en la alimenta – ción. A través de habilidades psicológicas, la psiconutrición nos ayuda a racionalizar las situaciones y a canalizar los sentimientos para evitar que éstos, gobiernen nuestros hábitos dietéticos, y podamos ver afecta – do el peso por la falta de control” explica Juana Mª González, especialista en nu – trición y directora técnica de Alimmenta.

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