La personalidad se podría definir como un patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y conductas que caracterizan a una persona, y que tienen cierta persistencia y estabilidad a lo largo de su vida, de tal modo que podríamos reconocerlo y predecirlo en alguna medida.

¿Cuando decimos que ese patrón que nos caracteriza y nos hace únicos puede considerarse un trastorno?

Un trastorno de personalidad se produce cuando la personalidad se expresa de un modo inflexible y desadaptativo, cuando se mantiene en extremos emocionales, de pensamiento y conducta que hacen que la persona se sienta confusa, desorientada, sufra y no encuentre una ubicación sostenible y soportable en su entorno personal, familiar y social.

Las personas con trastorno de la personalidad tienen desajustes en la percepción de si mismos, en su estado emocional, su interpretación de la realidad, dificultades en las relaciones sociales y un limitado control de los impulsos.

Trastorno de personalidad

Tipos de Trastorno de Personalidad

Los principales trastornos de personalidad son:

Trastorno Límite de Personalidad

Este trastorno de personalidad se caracteriza por un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la afectividad. Las personas presentan una mayor tendencia a autodestruirse (hacerse cortes, quemarse, intentos de suicidio, conducción temeraria, conductas sexuales de riesgo, consumo de drogas, etc.). Su extremada variabilidad emocional y sus dificultades para controlar los impulsos, como la ira, les puede llevar a agredir verbal y físicamente a otras personas. Tras los episodios violentos, o las conductas autodestructivas, pueden sentirse extremadamente culpables y autocastigarse.

Tratamiento del Trastorno de Personalidad

En el tratamiento del trastorno de personalidad, y tras las fases de evaluación y diagnóstico, Área Humana desde sus especialidades integradas de Psicología Clínica y Psiquiatría, aplica técnicas en Terapia Cognitivo Conductual (de demostrada eficacia en el tratamiento del trastorno de personalidad) y tratamientos farmacológicos complementarios.

Aunque siempre se ha dicho que la personalidad no se puede cambiar, hoy en día sabemos que muchos aspectos de ella son aprendidos, y otros tienen que ver con la falta de regulación emocional. El tratamiento psicológico puede mejorar la calidad de vida de las personas con estos problemas y hacer que se sientan mejor y se adapten mejor a su entorno.

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