Los Lunes ya no son lo que eran

La vuelta a la oficina es menos amarga este año: Regresar ya es de por sí una buena noticia. La crisis ha cambiado como vivimos el trabajo

Vuelve septiembre y, con él, el despertador a nuestras vidas. Pero los lunes ya no son lo que eran ni el síndrome postvacacional es algo con lo que este año se esté frivolizando demasiado a la hora del café porque quien más y quien menos conoce a alguien que no tiene trabajo al que regresar y pesa el respeto a los ausentes.

Cuando se superan los cuatro millones de parados, la visión del trabajo cambia. Ya no es una fuente de quejas constante, ni preocupan tanto las manías del jefe o si tenemos o no plaza de aparcamiento. Con el trabajo pasa, en realidad, como en el resto de cosas: que a fuerza de darlas por hecho habíamos dejado de darle importancia.

«Los pacientes llegan a la consulta y dicen que ya no van a protestar del trabajo», dice Julia Vidal, psicóloga clínica directora del Centro de Psicología Área Humana. «Cuando ves que los de al lado están peor, aprendes a valorar lo que tienes, es normal. Igual que después de un accidente se valora más la salud».

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