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Uso y abuso de las Tecnologías de la Información

Uso y abuso de las Tecnologías de la Información

(Tiempo de lectura 9 minutos)

En un artículo anterior escribí sobre la Adicción a las Nuevas Tecnologías, y os anuncié que escribiría esta segunda parte, en la que me voy a centrar en la Adicción a Internet. Os voy a hablar de estrategias de prevención, de en qué momento decidimos los profesionales de la Psiquiatría y la Psicología que es conveniente iniciar un tratamiento y cómo es ese tratamiento. Además también os hablaré de un tema que está generando debate: Cuándo y en qué ocasiones consideramos recomendable el uso de psicofármacos para el tratamiento de adicciones a internet.

Aspectos psicológicos de la Adicción a Internet

Si recordáis en el anterior artículo hablamos de los síntomas de alarma de una adicción a internet, y que se resumen en:

Un patrón de uso desmedido, fuera del control, con tendencia a incrementar la frecuencia o cantidad de horas dedicadas y unos efectos psicológicos de malestar cuando no puede realizarse.

Los perfiles de las personas que solicitan ayuda por problemas o trastornos relacionados con la adicción a internet son variados. Generalmente son los familiares o personas allegadas quienes les sugieren acudir a consulta, preocupados por la situación.

En el origen de muchas de estas adicciones podemos encontrar una tendencia a buscar en Internet “refugio” o solución a malestares psicológicos generados por diferentes motivos: dificultad en el afrontamiento de situaciones dolorosas, vencer la ansiedad social o la fobia social, situaciones de estrés personal o estrés laboral, problemas familiares, de autoimagen o autoestima, síntomas depresivos u otro tipo de problemas más graves como el trastorno por déficit de atención, trastornos de personalidad, trastorno obsesivo compulsivo o trastornos psicóticos.

Se han realizado muchos estudios que parten de las conclusiones de BLACK, D.W. et altri (1999). “Clinical features, psychiatric comorbility, and health–related quality of live in persons reporting compulsive computer use behaviour”. Black encontró correlaciones positivas entre abusar de la Red y tener problemas de personalidad, perder el control y los trastornos mentales.

Consejos para prevenir la Adicción a Internet

Adicciones a las Redes Sociales

  1. Limita los sitios o las actividades en las que utilizas el teléfono móvil: mientras estudias, en clase, viendo una película, en un concierto… En una reunión de amigos o familiares, céntrate en la conversación con ellos.
  2. Usa los dispositivos en un horario adecuado y establece un tiempo máximo. Necesitas descansar por las noches así que, apaga el móvil, la tablet, la videoconsola o el ordenador cuando te vayas a dormir.
  3. Cuida la seguridad en los dispositivos que utilizas. Hay numerosas amenazas a nuestra privacidad: intrusiones, accesos a información confidencial, ciberbullying, vulneración del secreto del correo electrónico, programas maliciosos (malware) que espían y recogen datos privados, empresas que espían sobre nuestros gustos para realizar ofertas o propuestas que conecten mejor con nuestras fragilidades, etc.
  4. Diversifica tu ocio: no ocupes todo tu tiempo libre con las nuevas tecnologías.
  5. Si mucha gente te dice que estás “enganchado” piensa que puede que tengan razón: revisa cómo usas las nuevas tecnologías, internet, las redes sociales…
  6. La limitación del tiempo de conexión a la red en la infancia y adolescencia, así como la ubicación de los ordenadores en lugares comunes (el salón, por ejemplo) y el control de los contenidos, constituyen estrategias de interés (Mayorgas, 2009).
  7. Busca ayuda profesional si la situación se ha vuelto incontrolable y te provoca ansiedad.

Las Adicciones a Internet: La Red como soporte para las diferentes dependencias

Lo más característico del modo en el que nos relacionamos con Internet es que hay un número inagotable de formas de interacción y que cada día aparecen nuevas posibilidades. Algunas de estas interacciones están diseñadas para lograr el máximo “engagement” término muy utilizado en marketing online y que significa “implicación o compromiso”, pero que bien podría traducirse como “enganche” o “dependencia”, y que en extremos nada saludables, son la base de la adicción a internet. Estos extremos de dependencia y adicción, pueden producirse en usos de la Red como: ciberchats, ciberjuego, cibersexo, cibercompras… y cada uno de ellos tiene diferentes componentes y formas de expresarse.

Según Roberto Balaguer (2001) en su artículo «Globalización, Postmodernismo, Nuevas Adicciones y Drogas», cada experiencia en Internet está orientada a conectar con determinados aspectos, necesidades o fragilidades de nuestra personalidad: afán competitivo en el juego, necesidades sociales u otros diferentes potenciales adictivos. Los chats, los juegos, junto con la pornografía, es lo que genera más poder adictivo.

Un uso problemático del móvil, por ejemplo, tendría unas características diferenciales, conductualmente hablando: conversaciones interminables, atención obsesiva a cuestiones como la cobertura o la batería, comprobaciones repetidas de los mensajes recibidos o enviados, tener el móvil cerca en cualquier situación…

En Psicología Clínica las personas con adicción al móvil se han descrito como personas con ansiedad, con una baja tolerancia a la frustración, que toleran mal una soledad no deseada que les provoca irritabilidad y emociones displacenteras, que tratan de suplir con un uso compulsivo del móvil.

Las apuestas en la red o las visitas a los casinos online tienen un riesgo y un perfil diferente de usuarios. Generalmente presentan descontrol de impulsos, malestar emocional y un porcentaje considerable de las personas adictas al ciberjuego tiene antecedentes personales de adicciones de otro tipo.


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Los adictos a compras por internet representan, según estudios recientes, el 3% de los internautas. Comprarían productos nuevos e innecesarios de forma compulsiva. Los datos al respecto, nos hablan de sujetos con un afrontamiento del malestar de tipo evitativo, con problemas de aislamiento social, timidez y ansiedad, además de ser personas influenciables y vulnerables a la publicidad y los medios de comunicación.

En niños y adolescentes, el uso de Internet y las redes sociales requiere una atención especial y un minucioso plan de actuación por parte de los padres.

Los padres necesitan estar informados de la actividad de sus hijos e hijas menores en Internet. A veces los problemas con las Redes Sociales e Internet están relacionadas con dificultades académicas, de relación, sociales o familiares. En muchos casos, las conductas de adicción a la tecnología en estas edades pueden ser la manifestación de otros problemas psicológicos y/o psiquiátricos (ansiedad, depresión, TDAH, inicio de cuadros psicóticos, trastornos del espectro autista…).

En algunos casos, el abuso de las nuevas tecnologías es un patrón de conducta pasajero y que se limita en el tiempo conforme el niño, niña o adolescente madura emocionalmente, pero no podemos subestimar las cifras del problema: “un 6% hace un uso problemático de la red y presentan una disminución del rendimiento académico, ansiedad e irritabilidad”, según un estudio realizado en Baleares por José Mª Vázquez (2006) «Estudio para determinar la prevalencia del juego y el uso de Internet, así como detectar las conductas problemáticas a fin de estimar la población de riesgo».

Cómo se trabaja desde la Psiquiatría y la Psicología la Adicción a Internet

Adicciones y Dependencias a Internet

Evaluación Clínica y Diagnóstico

En primer lugar es imprescindible realizar una evaluación clínica del problema que se iniciará completando la historia clínica. En esta fase el profesional recoge datos sobre el uso de las nuevas tecnologías (Internet, chats, redes sociales, móvil o smartphones…), y se exploran otros aspectos de cómo se siente la persona, qué función cumple el uso de las redes sociales e internet en su vida, qué actividades lleva a cabo dentro de la Red, cuánto tiempo, qué pasaría si no puede usarlas, si se ha sentido mal o culpable por pasar mucho tiempo conectado y cómo ha influido esto en su quehacer diario, entre otras cuestiones.

La evaluación clínica se completa con información acerca de la personalidad y el entorno socio familiar del paciente, lo que nos va a dar información acerca de los aspectos psicológicos o psiquiátricos que forman parte del problema.

Planificación

Tras la evaluación y el diagnóstico, diseñamos con el paciente un plan informado de tratamiento, que incluirá los objetivos y aspectos a tratar, así como las posibles incidencias y las alternativas que tenemos a nuestra disposición.

Toda esta información se ve explicada y detallada en un Modelo Explicativo que recoge todos los factores asociados al problema y la relación entre ellos, así como los criterios de valoración y los objetivos propuestos.

Intervención Psicológica

Se trabajarán aspectos psicológicos y de aprendizaje encaminados a:

  • Aprender a organizar el tiempo de ocio y a gestionar la ansiedad y otras emociones displacenteras sin emplear internet como refugio, evasión o alternativa al afrontamiento del problema.
  • Apreciar el estar solo o sola y hacerlo sin tener “aparatos” a tu alrededor.
  • Atribuir confianza y autocontrol a la persona para que ella misma salga del automatismo y el uso perjudicial del móvil, internet o las redes sociales.
  • Atribuir responsabilidad para resolver “problemas”, entender lo que significa y qué función tiene el uso de las tecnologías para la persona.

Tratamiento farmacológico en las Adicciones a Internet

La intervención en este tipo de adicciones se realiza en la mayoría de las ocasiones desde la vertiente psicológica, pero en ocasiones es necesario complementarlo con la psicofarmacológica, ambas actúan unidas creando sinergias que facilitan el adecuado progreso en la terapia psicológica.

La farmacología se elegirá en función de la gravedad y la repercusión del problema en la vida de la persona.

Los rasgos de personalidad más coherentes con el tratamiento farmacológico, tal vez por estar relacionados más directamente con procesos biológicos, son la distorsión cognitiva, el déficit en el control de impulsos, la inestabilidad afectiva y el nivel de ansiedad.

El juego patológico o la adicción a internet pueden estar relacionados con elevados niveles de tristeza, ansiedad o sus manifestaciones orgánicas (palpitaciones, sensación de falta de aire, “nudo” en el estómago, sudoración…). En función de cómo estén presentes en la persona y afecten a su vida y bienestar, pueden considerarse útiles los fármacos encaminados a disminuir la intensidad, la impulsividad, las oscilaciones del ánimo y las manifestaciones ansiosas. En este sentido los antidepresivos denominados “inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina” (ISRS) pueden mejorar (independientemente de que exista depresión o no) la impulsividad y la ansiedad elevadas.

El aspecto de la distorsión cognitiva se aborda farmacológicamente con un tipo de medicamento denominado “antipsicótico” y pretende disminuir la ansiedad e interpretaciones distorsionadas que generan sufrimiento para la persona que las presenta, viviendo en una “realidad propia” generalmente amenazadora de la que se “protegen” con el aislamiento o “refugio” en actividades solitarias como podrían ser Internet, juegos online o el uso del móvil; en ocasiones podría corresponder a los inicios de una enfermedad psiquiátrica más grave.

En otros casos, pueden presentarse conjuntamente un TDAH y un uso desmedido y perjudicial de internet, videojuegos o redes sociales, situación en la que podríamos plantear un tratamiento combinado de psicoeducación, técnicas cognitivo conductuales y fármacos como el metilfenidato.

Es importante que la indicación y prescripción de estos medicamentos la lleve a cabo un médico psiquiatra, que tendrá en cuenta todo lo anterior a la hora de evaluar el problema, y cuyo objetivo último es lograr que la persona esté en disposición de trabajar los mecanismos de afrontamiento psicológico de un modo más eficaz y avance hacia la autosuficiencia.

La Adicción a Internet, a las Nuevas Tecnologías o a los móviles, se manifiestan en contextos múltiples, tan múltiples como la variada singularidad del ser humano y su entorno, su personalidad, los problemas que tenga y su forma de afrontarlos.

Es esta variabilidad lo que hace que en un artículo como éste sólo podamos exponer aspectos terapéuticos generales. Los tratamientos que realizamos desde nuestro Centro responden a una evaluación individual muy pormenorizada, con un diseño altamente personalizado, que elige las estrategias de intervención más eficaces, tanto desde la vertiente psicológica como farmacológica.

Editorial

Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.
Han colaborado en el contenido:
Psiquiatra Madrid Rocio PereaRocío Perea

Médico Psiquiatra en Área Humana. Especialista en Neurociencias. Área de Psiquiatría.

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