La dependencia a Internet y a los dispositivos tecnológicos

La dependencia a Internet y a los dispositivos tecnológicos

(Tiempo de lectura 10 minutos)

No es ninguna novedad, las redes sociales forman parte de nuestras vidas, las sigas o no. Pero es más probable que lo hagas; la última encuesta del INE indica que entre los 16 y 74 años de edad, más de la mitad de la población española participa activamente en ellas, el número de usuarios de internet sigue creciendo entre los españoles, y es el teléfono móvil el dispositivo más usado de acceso. Este aumento de personas “conectadas” puede ser beneficioso, nos facilita un acceso a la información y una forma de comunicación inmediata, pero tiene su “reverso oscuro”: también puede esclavizarnos. Vamos a hablar de ese lado menos positivo: la adicción a las redes sociales y la adicción a la tecnología.

El internet de las cosas

Todos podemos visualizar perfectamente la realidad tras la encuesta: la persona de mediana edad que espera el semáforo mientras consulta su smartphone, la pareja joven cenando a la luz de los móviles, ligar mediante aplicaciones móviles o los niños que mandan su invitación de cumpleaños a través de Whatsapp. Tal vez para alguien esto pueda resultar extraño, pero para la mayoría no, el hecho es que ya estamos acostumbrados a convivir con las nuevas tecnologías. Hay un concepto cada vez más extendido “el internet de las cosas” que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con internet; por ejemplo un frigorífico “conectado” que nos avisa al móvil de la fecha de caducidad de uno de nuestros alimentos, o nos dice qué nos falta por comprar. ¡Fantástico! pero… ¿somos capaces de ver su lado potencialmente peligroso o perjudicial?

Adicción a la tecnología. El Internet de las Cosas

Conociendo la magnitud y el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación e información (TIC) en la sociedad, cabe preguntarse de qué forma o formas incide el uso de Internet, el móvil y las redes sociales en las relaciones y el estado emocional de las personas.

Es normal la rápida introducción y aceptación de las nuevas tecnologías: acceso fácil e instantáneo a información de cualquier temática y procedencia, posibilidad de comunicación inmediata y sencilla, voz y/o imagen desde cualquier lugar y en cualquier momento, nuevas herramientas para la publicidad, marketing, búsqueda de empleo, compras, ocio…

Estas características: inmediatez, proximidad, globalización, deslocalización, etc., que las hacen tan atractivas son al mismo tiempo: anonimato, sensación de libertad, apariencia de seguridad o de menor exposición, etc., las que pueden “engancharnos”, incluso en algunas personas, desencadenar problemas psicológicos en forma de adicción a la tecnología o adicción a las redes sociales.

¿Dónde está el origen de la adicción a las redes sociales?

Hay ciertas características en el uso de Internet que lo hacen particularmente adictivo:

  • La inmediatez, el estar interactuando y participando en la Red puede ayudar a que algunas personas no se sientan solas en la comodidad de sus hogares.
  • El atractivo visual y auditivo: los sentidos se implican y se estimulan positivamente, variables cognitivas como la atención, concentración y memoria, la toma de decisiones y planificación en los juegos (lo que por otro lado le confiere potencial adictivo).
  • La participación social (aunque esto es muy matizable como explicaré más adelante): tienes opinión y voz en foros en los que participa otra gente, incluso si eres tímido, inseguro y temeroso, ya que puedes guardar tu intimidad detrás del anonimato.

¿Qué sabemos de la adicción a la tecnología?

El concepto de adicción se ha utilizado principalmente referido al campo de las sustancias tóxicas susceptibles de generar tolerancia, dependencia y abstinencia en quien las consume, es decir, la necesidad de incrementar la cantidad de sustancia para obtener los mismos efectos y la necesidad de tomar la sustancia para afrontar un nuevo día, porque de lo contrario aparecen sensaciones de malestar físico y/o emocional que nos impulsan a consumirla de forma inmediata.

Cuando hablamos de adicción a la tecnología, tratamos de traducir estos conceptos a este campo, y es necesario hacer una importante adaptación, ya que la adicción al móvil o la adicción a las redes sociales, no tienen por objeto una sustancia química nociva sino una conducta sobre la que se pierde el control y tiene riesgo de convertirse en un “refugio” contra el miedo o sufrimiento que nos produce enfrentarnos a determinados problemas: una persona puede hablar por el móvil o conectarse a Internet por la utilidad o el placer de la conducta en sí misma; una persona adicta, lo haría buscando de un modo sistemático el alivio del malestar emocional (aburrimiento, soledad, malhumor, rabia, nerviosismo, etc.) (Marks, 1990; Potenza, 2006; Treuer, Fábian y Füredi, 2001), facilitando el aislamiento social y un impacto negativo en diferentes áreas de su vida.

¿Cuáles podrían ser los indicadores de una adicción a la tecnología?

Hay algunas señales de alarma que se encienden antes de que una afición se convierta en una adicción:

Indicadores de adicción a la tecnología

  1. Con frecuencia permaneces conectado a internet más tiempo del que tenías previsto, incluso llegas a perder la noción del tiempo porque te hace sentir más relajado que otra actividad.
  2. Te pones de mal humor o evitas ir a lugares en los que no vas a poder conectarte a internet o la conexión resulta lenta.
  3. Interfiere en tus obligaciones o en actividades vitales como el sueño, la alimentación, el ocio. Dormir menos de 5 horas para estar conectado podría indicarnos que estamos haciendo un uso peligroso.
  4. Has intentado limitar el tiempo de uso del móvil, la tablet u ordenador, y no lo has conseguido o te has sentido ansioso, malhumorado o triste al disminuirlo.
  5. Descuidas otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio, trabajo o el cuidado de la salud, y has recibido comentarios al respecto, del tipo “estás enganchado” al móvil o a internet. Tratas de ocultarlo o le restas importancia.
  6. Chequeas el móvil de forma casi automática, incluso en las situaciones más inverosímiles o inaceptables (en el cine, gimnasio, durante una reunión de trabajo, conduciendo…). Es lo primero que haces al levantarte y lo último antes de acostarte.
  7. Si te dejas el móvil en casa, te sientes mal porque no puedes responder en el momento o temes estar perdiéndote algo interesante (es el conocido FOMO (Fear Of Missing Out), “miedo a perderse algo”, del que hablaré más adelante)

Las señales de alerta para la adicción a las tecnologías se refieren a la forma en que la persona las usa:

  • Baja percepción del riesgo e influencia en sus relaciones y actividades cotidianas.
  • Comportamientos que se vuelven automáticos, emocionalmente activados y con poco control cognitivo sobre el acierto o error en las decisiones.

Adicción a las Redes Sociales: Factores de Riesgo y Factores de protección

Los principales factores de riesgo son la vulnerabilidad psicológica o determinadas características de personalidad, el estrés ambiental (fracaso escolar o laboral, frustraciones afectivas o competitividad excesiva), aislamiento social, familias con baja cohesión y la presión del grupo.

Al mismo tiempo, los factores de protección están estrechamente relacionados con tener buenas habilidades de afrontamiento (resolver problemas, buscar soluciones en vez de distraerse con el móvil), el entorno social sano y el apoyo familiar.

¿Qué es el FOMO “Fear of Missing Out” o “Miedo a perderse algo”?

Es el malestar psicológico que nos genera el pensar que nos estamos perdiendo eventos irrepetibles en nuestra vida, o dejando escapar oportunidades excepcionales que otras personas sí están presenciando y de las que somos testigos a través de las redes sociales e Internet; esta ansiedad puede modificar nuestros planes previos, lanzándonos impulsivamente a tomar la decisión de salir, o incluso impedirnos disfrutar del lugar donde estamos por arrepentirnos de haber elegido ese y no otro, dentro de la infinidad de opciones que hay en la red. Tiene como base el miedo a sentirse excluido, que es un temor muy humano, pero que se ve incrementado por esa conexión ininterrumpida a las redes sociales y la adicción a la tecnología.


Icono de documento sonoro en radioNoticia en radio

«La adicción a internet en los adolescentes». Hora 14 Madrid | Cadena SER

«La Unidad de Medicina de la Adolescencia del Hospital la Paz, atendió el año pasado a 1.200 pacientes. Un 30% más que el año anterior […] Entre los problemas que trata esta unidad está la adicción a las nuevas tecnologías. El 90% de los pacientes tienen trastornos del sueño, precisamente, por el uso y abuso que hacen de las pantallas…»


La adicción a la tecnología en niños y adolescentes

Adicción a las redes sociales entre adolescentes y niñosLes llamamos “nativos digitales”, pero no dejan de ser la población más vulnerable frente a un ordenador o un móvil: conocen como los que más su funcionamiento y utilidad pero generalmente no disponen de información sobre seguridad, privacidad o uso responsable de los dispositivos y de la Red.

En los últimos años, hemos podido comprobar cómo el acceso de los menores a Internet y a las redes sociales ha crecido al mismo ritmo que los problemas relacionados con el acceso a contenidos inapropiados, el ciberacoso o ciberbullying, la pérdida de privacidad e intimidad y la adicción a la tecnología.

España, junto con Rumania se encuentra a la cabeza de los países europeos con mayor crecimiento en la adicción a Internet entre los adolescentes de 14 a 17 años.

España es, además, el país donde se encuentra el mayor porcentaje de jóvenes “en riesgo” de desarrollar conductas de adicción a internet (21,3%), según un estudio europeo del Centro de Seguridad en Internet realizado por “Protégeles” para el Defensor del Menor.

Los adolescentes también constituyen un grupo de riesgo en la adicción a la tecnología y la adicción a las redes sociales; los cambios emocionales, corporales e identitarios que viven en esta etapa de sus vidas aumentan la vulnerabilidad psicológica a un uso perjudicial o adictivo de la tecnología y sus posibilidades. Para ellos suele ser un lugar en el que intercambian instantáneamente estados emocionales, frustraciones, deseos, pensamientos… y también imágenes y diferentes tipos de información que van a conformar la “identidad digital”, producto también de nuestra intimidad y que debemos proteger en la red.


Si de algo nos hemos dado cuenta, sin duda, es del aumento de la gente que lo observa todo a través de sus smartphones. Si no nosotros mismos, vemos constantemente a otras personas que caminan por la calle centrados en sus teléfonos, autobuses y trenes llenos de pasajeros obsesionados con sus pequeñas pantallas, desesperados por algún cambio de la información, incluso amigos en los restaurantes interactuando con sus teléfonos en lugar de el uno con el otro. Todo lo que sucede a su alrededor desaparece… el resultado es que también desaparece su calidad de vida.
Este corto de animación es un cuento lúdico de este moderno fenómeno… (Los Autores: weareseventeen)

Estimulante ver cómo jóvenes creadores visuales reflexionan ellos mismos sobre el fenómeno #selfie Clic para tuitear

La “Identidad Digital” un concepto esencial en la adicción a la tecnología

El concepto de “Identidad Digital” es clave para comprender la adicción a las redes sociales de los adolescentes, sería algo así como nuestra “marca personal” en Internet.

Esta “Identidad Digital” puede no corresponder con la identidad real, dando lugar a la comunicación alterada de identidad, un comportamiento que puede favorecer un patrón de uso adictivo.

La participación en redes sociales, mensajería instantánea o chats, pueden propiciar la comunicación alterada de identidad, es decir, se crea virtualmente una identidad nueva digital, que es más satisfactoria para la persona que la real, de modo que la preferirá a la hora de comunicarse y relacionarse (Widyanto, Griffiths y Brunsden, 2011).

Hay veces, sin embargo, que detrás de la adicción a la tecnología subyace una timidez excesiva, baja autoestima o rechazo de la imagen corporal, por ejemplo, o un estilo de afrontamiento inadecuado ante las dificultades cotidianas. También, determinados trastornos psicológicos (depresión, trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos psicóticos,…) pueden aumentan el uso desmedido y perjudicial de internet o las redes sociales.

En definitiva, la tecnología está entre nosotros, y sin duda ha venido para quedarse, pero al contrario de lo que anuncia algún eslogan: la vida “no es digital”. Las personas necesitamos relacionarnos con el mundo, interactuar, adquirir conocimiento mediante experiencias reales, afrontar problemas y obtener habilidades sociales y resiliencia, o capacidad para superar las dificultades. En definitiva lograr un adecuado equilibrio psicológico y emocional en el mundo real.

Más información sobre Adicción a la Teconología

Segunda parte de este artículo, con consejos, soluciones… de nuestra Psiquiatra experta | Uso y abuso de las tecnologías de la Información

Editorial

Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.
Han colaborado en el contenido:

Psiquiatra Madrid Rocio PereaRocío Perea

Médico Psiquiatra en Área Humana. Especialista en Neurociencias. Área de Psiquiatría.

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