
5 preguntas sobre terapia cognitivo conductual y 5 pasos para elegir tu centro de Psicología
Índice de Contenidos
- La primera vez que voy a un psicólogo o psicóloga
- 5 preguntas esenciales sobre la terapia cognitivo conductual
- 1. ¿En qué consiste el tratamiento psicológico cognitivo conductual?
- 2. ¿En que se basa la elección de unas técnicas de tratamiento y no de otras?.
- 3. ¿Cuál es la frecuencia normal de la terapia cognitivo conductual? ¿Iré todas las semanas? ¿Cuándo y cómo se termina?
- 4. ¿Y si el tratamiento psicológico no me está ayudando?
- 5. ¿Cuánto dura un tratamiento cognitivo conductual?
- 5 pasos necesarios para decidir qué centro de Psicología y qué profesional son los idóneos para mí
- Editorial
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Voy a mejorar, quiero ir a un psicólogo… pero… ¿Dónde? ¿Qué harán? ¿Cómo lo harán?… Lo sé, sé que tomar la decisión de mejorar es un gran avance. Sé que decidir ir a un psicólogo o psicóloga, supone un primer paso que demuestra convicción y motivación; pero también sé, que a partir de ese momento surgen preguntas que no siempre, y no para todos o todas, son fáciles de contestar: ¿A qué centro de psicología acudo? ¿Qué tengo que preguntar? ¿Qué tipo de profesional de la Psicología debo elegir? ¿Qué es eso de la terapia cognitivo conductual de la que he oído hablar?…
La primera vez que voy a un psicólogo o psicóloga
La primera visita a un psicólogo o psicóloga no es fácil. Muchos y muy diversos son los motivos, sentimientos y fragilidades, que pueden estar presentes en quien se plantea dar el paso de recibir tratamiento psicológico.
Un sentimiento que está prácticamente en la totalidad de las personas que viven esta experiencia, es el de inseguridad. Inseguridad ante el malestar emocional que padecen, ante la imposibilidad de poder manejarlo por sí mismos, y ante la duda de qué se encontrarán al recibir terapia. ¿Cómo será? ¿qué me dirán? ¿me ayudará realmente?.
En los momentos en los que nos percibimos con más fragilidad, buscar un apoyo estable, específico, fiable, suele ser el primer paso, necesario para recuperar la sensación de control en nuestro día a día, la sensación de seguridad. Y ahí surge una pregunta clave:
¿Podemos confiar este apoyo profesional a cualquier tipo de terapia psicológica y a cualquier psicólogo o psicóloga?. La respuesta, sin duda, es la intuida: no.
He escrito este artículo con un claro objetivo: responder a las preguntas más frecuentes –5 en concreto– que realizan las personas que acuden a nuestro centro en las primeras sesiones o en la entrevista preliminar.
En mis respuestas, también quiero describir cómo trabajamos y de este modo, ayudar a quienes tienen dudas sobre si iniciar un tratamiento psicológico y si la terapia cognitivo conductual, sobre la que se fundamentan los tratamientos psicológicos de nuestro centro, es la mejor elección.
¿El objetivo? Que quien venga a consulta psicológica haya hecho una elección informada y meditada Clic para tuitear5 preguntas esenciales sobre la terapia cognitivo conductual
- ¿En qué consiste el tratamiento psicológico cognitivo conductual?
- ¿En que se basa la elección de unas técnicas de tratamiento y no de otras?
- ¿Cuál es la frecuencia normal de la terapia cognitivo conductual? ¿Iré todas las semanas? ¿Cuándo y cómo se termina?
- ¿Y si el tratamiento psicológico no me está ayudando?
- ¿Cuánto dura un tratamiento cognitivo conductual?
1. ¿En qué consiste el tratamiento psicológico cognitivo conductual?
La terapia cognitivo conductual es un tipo de terapia psicológica que no se basa en la intuición o la interpretación personal del psicólogo o psicóloga que la dirige, sino en una metodología, un sistema definido, cuya eficacia y garantías clínicas, han sido demostradas y avaladas por estudios científicos.
En este sistema clínico, es fundamental la primera fase: la evaluación.
La evaluación psicológica se realiza mediante diversos procedimientos, cuyo alcance y variedad estarán determinados por los motivos de consulta o los aspectos que el psicólogo o psicóloga aprecie en las primeras sesiones.
Algunos de estos procedimientos son las entrevistas clínicas –a alguna de las cuales, por sugerencia del psicólogo o psicóloga, puede invitar a alguien cercano o significativo en la vida de la persona–, los test o cuestionarios de evaluación y los autoregistros que realiza la propia persona fuera de la consulta.
En el momento en el que los dos sujetos activos en el tratamiento: a. Persona que busca el cambio y b. Psicólogo o psicóloga que lo dirige, coinciden en que se ha entendido con claridad: qué pasa, por qué pasa, y por qué se mantiene el problema, es el momento de continuar con la siguiente fase de tratamiento: cómo cambiarlo.
Justo en ese punto, es cuando dedicamos una sesión, a entregar y explicar un informe por escrito, en el que se exponen todas las conclusiones extraídas en la fase de evaluación.
Este informe, incluye un modelo explicativo en el que se detalla la relación entre los principales procesos que están interviniendo en el problema, una serie de objetivos específicos y valorables, y un plan de tratamiento para conseguir dichos objetivos.
2. ¿En que se basa la elección de unas técnicas de tratamiento y no de otras?.
Y de nuevo, debo insistir en que, las técnicas de tratamiento nunca se eligen a partir de la intuición o preferencia personal del profesional. En la terapia cognitivo conductual se eligen aquellas técnicas y herramientas clínicas, que han demostrado ser más eficaces para cambiar los procesos disfuncionales que hemos identificado en la fase de evaluación.
Es decir, comparándolo con otros procesos sanitarios, si te has caído y te duele el brazo, no hago un análisis de sangre para evaluar una posible fractura: hago una radiografía, porque es el procedimiento de evaluación adecuado e idóneo al problema. Y si vemos que hay fractura, no mando ejercicios porque “sé que eso te ayudará”, recomiendo inmovilización del brazo, porque los estudios demuestran que un periodo inicial de inmovilización es necesario tras una fractura de esas características.
En la terapia cognitiva conductual, salvando las distancias, se trabaja en la misma línea. Para cada proceso o problema psicológico, hay una forma de evaluación y tratamientos establecidos como más idóneos y más eficaces.
Quienes trabajamos en el área de Salud no tenemos dudas:
¡Trabajemos con los procedimientos científicos más adecuados y eficaces, y no con otros! Clic para tuitearComo dicen Llobell, Frías Navarro y Monterde i Bor (2004): La amplia proliferación de tratamientos psicológicos existentes en la actualidad exige un control de la calidad de los mismos, es decir, de sus efectos.
No todo vale a la hora de aplicar una técnica o procedimiento psicológico ante una persona que acude con una serie de problemas.
3. ¿Cuál es la frecuencia normal de la terapia cognitivo conductual? ¿Iré todas las semanas? ¿Cuándo y cómo se termina?
La frecuencia de las sesiones en la terapia cognitivo conductual tampoco es algo improvisado, los estudios han demostrado que en una primera fase, una frecuencia semanal es la que obtiene mejores resultados y lo hace en menor tiempo.
En el momento en el que empieza a estabilizarse el proceso de cambio (empiezan a conseguirse parcialmente los objetivos propuestos) las sesiones se distancian (una vez cada dos semanas por ejemplo). Y cuando los objetivos están prácticamente conseguidos, la sesiones se distancian aún más (una vez al mes al principio, luego una vez cada 2-3 meses). En una última fase, denominada de seguimiento, lo que se busca es:
- Fortalecer los procesos aprendidos que han dado lugar al cambio.
- Prevenir posibles recaídas.
Tras algunas sesiones de seguimiento, el proceso se da por finalizado.
4. ¿Y si el tratamiento psicológico no me está ayudando?
Puesto que se establece un plan de tratamiento con unos objetivos, cada cierto tiempo, es conveniente que psicólogo o psicóloga y paciente, dediquen un tiempo a poner en común y contrastar, cómo y en qué medida se están cumpliendo los objetivos.
Esta puesta en común es muy útil para afianzar y reforzar, y también para reorientar, reconducir o introducir los cambios necesarios en el tratamiento.
Lo fundamental, es que la persona sepa que el objetivo es lograr que supere el problema y realice su cambio. Para ello no sólo dispondrá de la atención profesional del psicólogo o psicóloga que dirige su tratamiento, sino de todos los recursos clínicos, información, apoyo y seguimiento de nuestro Centro.
5. ¿Cuánto dura un tratamiento cognitivo conductual?
Depende. Hay diferentes manifestaciones que son claros avisos de que es conveniente buscar ayuda profesional: pérdida de control, sensación de desesperanza, bloqueo ante una situación que no podemos afrontar, continuos pensamientos negativos…
La duración del tratamiento estará determinado, por un lado por cuál sea el motivo o el problema por el que la persona acude a tratamiento psicológico –¿ansiedad?, ¿fobias?, ¿insatisfacción emocional sin localizar una causa exacta?, ¿problemas de pareja?, ¿dificultades en toma de decisiones?…–.
Y también cuanto tiempo se ha estado conviviendo con ese problema, y cómo ha evolucionado y arraigado en aspectos no sólo personales, sino también familiares, profesionales, etc.
Es importante que entendamos que el objetivo de un tratamiento psicológico es producir cambios, y que realizar cualquier cambio es un proceso que necesita de acciones que transformen aspectos de nuestra vida, que a veces cuesta mucho modificar.
Otro aspecto que influye en la duración del tratamiento es la propia dinámica del trabajo clínico. ¿Cuánta motivación hay en el proceso?, ¿cuánta implicación en los ejercicios propuestos entre sesión y sesión?, ¿cuánto ajuste por parte del profesional a las técnicas y tratamientos demostrados como eficaces?. Por definición, el tratamiento cognitivo conductual no es una terapia de larga duración, al contrario, es considerado un tratamiento eficaz y breve.
Lo importante es que la duración del tratamiento no vulnere o desvirtué los objetivos planificados. Y que en todo momento, la persona tenga la información clara y precisa del cómo y por qué se está desarrollando a ese ritmo la terapia psicológica.
Hasta aquí he tratado de responder a las que considero las 5 preguntas más frecuentes sobre la terapia cognitivo conductual, pero hay otras que no quiero dejar pasar…
¿Y si no estoy seguro o segura de la orientación qué más me beneficiará? ¿Cómo puedo comparar con otras opciones? ¿Qué puedo hacer para decidir a donde ir?
5 pasos necesarios para decidir qué centro de Psicología y qué profesional son los idóneos para mí
El proceso de elección de centro y profesional de psicología es algo especialmente difícil.
Es habitual tener la referencia de alguien cercano y este suele ser un criterio importante en nuestra elección, pero ¿es suficiente?.
Algunos pasos previos a tomar esta decisión van a ser muy útiles para ti:
- Infórmate. Decide qué tipo de terapia quieres recibir. Interésate por el tipo de tratamientos que se practica en los centros en los que consultes, y pide información sobre cómo es el procedimiento clínico en esa terapia, y si es la mejor avalada científicamente para tu situación o problema personal. Pregunta: ¿Qué y cómo se hace? ¿Es lo más eficaz? ¿Por qué?
- Conoce de cerca. Ante la duda, ten una primera toma de contacto con el centro y el profesional con el que trabajarías. Antes de dar el paso de comenzar el tratamiento, ve a una entrevista inicial. En esa toma de contacto puedes recibir información muy valiosa, no sólo sobre cómo será el tratamiento, sino también sobre cómo te has sentido hablando con esa persona en quien depositarías tu confianza.
- Exige las necesarias acreditaciones sanitarias. Elige un centro con garantías, donde todos los psicólogos y psicólogas dispongan de la acreditación del Colegio Oficial de Psicólogos; el centro tenga todos los permisos pertinentes para la actividad sanitaria; que a nivel de administración responda a todos los requerimientos legales: facturación, ley de protección de datos, etc. Todas estas garantías no sólo son expresión de seriedad y rigor, suelen mostrar sistemas de trabajo bien organizados y definidos, con protocolos y procedimientos de control que te garantizará un servicio de calidad.
- Busca confianza. Elige con convicción dónde y con quién quieres trabajar. Desde la primera toma de contacto, incluso antes de decidir, expresa tus dudas, miedos e incertidumbres sobre el proceso. Observa si el entorno, el profesional y el tipo de tratamiento que te ofrecen, te aportan la convicción que necesitarás en el proceso.
- Busca seguridad. Es legítimo exigir un buen tratamiento. Pero más allá de esto ¡Póntelo fácil!. Elige a profesionales que tengan aquellas cualidades que tu consideres necesarias. ¡Es tu elección! Inteligencia, responsabilidad, buenas formas, compromiso, tenacidad, dedicación, sensibilidad, empatía, cercanía, respeto…
En el momento en el que hayas decidido con quién y dónde trabajar, confía activamente en que es una buena decisión. No temas ilusionarte con ella, implicarte en el cambio y trabajar para que ocurra.
Iniciar un tratamiento psicológico es un proceso difícil que ha de tener una recompensa alta. Esa recompensa, en el inicio, ha de pasar por percibir la fiabilidad profesional que necesitamos, en un momento en el que pedimos ayuda, en un momento de especial vulnerabilidad.
Estar satisfechos con la persona y con el tipo de terapia, con los que hemos decidido trabajar, teniendo la certeza que es un método eficaz y una persona que nos aporta seguridad, pueden ser los primeros cimientos, necesarios para construir el cambio hacia nuestro bienestar.
Editorial
Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.
Han colaborado en el contenido:

Psicólogo Sanitario. Especialista en Psicología Clínica. Experto en trastornos del estado de ánimo, estrés y ansiedad.
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