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Dismorfofobia o Síndrome del Espejo: Cuando al mirarme mi cerebro transforma lo que veo

Dismorfofobia o Síndrome del Espejo: Cuando al mirarme mi cerebro transforma lo que veo

(Tiempo de lectura 9 minutos)

Las grandes protagonistas de redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter o Snapchat, son las fotos, y más ahora en verano. “Selfies” e imágenes de famosos y famosas nos reiteran una y otra vez un supuesto modelo de “cuerpo perfecto”. Es normal que todas y todos al mirarnos al espejo y recordar estos modelos de belleza, nos hagamos preguntas como: ¿Tengo el pecho demasiado pequeño? ¿Mi nariz es demasiado grande? ¿Están tan marcados mis pectorales? ¿Tengo el vientre suficientemente plano?… Hacerse preguntas de este estilo puede ser normal, pero para algunas personas estas preguntas son la expresión de una preocupación excesiva, y las respuestas siempre apuntan en la misma dirección: ven en el espejo defectos, deformidades y carencias. Estas personas pueden padecer un Trastorno Dismórfico Corporal, también denominado con términos como Dismorfia Corporal, Dismorfofobia, Síndrome de la Distorsión de la Imagen o más comúnmente Síndrome del Espejo.

Documento sonoro sobre Psicología y Psiquiatría

Programa «InquietaMENTE» de Radio 5 (RNE) «Dismorfofobia». Participa como experta, Julia Vidal

Hemos querido compartir el programa «Dismorfobobia»: «Psicólogos, psiquiatras y cirujanos plásticos han alertado sobre el crecimiento en el último lustro de los trastornos dismorfofóbicos. La insatisfacción con el físico propio, la obsesión y sobredimensión de los defectos degenera en este trastorno psícológico». En él ha participado Julia Vidal, directora de Área Humana y responsable del área clínica del centro.



¿Qué es el Trastorno Dismórfico Corporal?

Para comprender este trastorno, en primer lugar hay que entender que las personas que padecen Dismorfia Corporal, viven con una tenaz e insistente obsesión: perciben en su cuerpo claros defectos, carencias o deformidades.

Lo fundamental es que para estas personas lo que perciben y la realidad, son lo mismo. No ponen en cuestión su percepción (por definición subjetiva), sino que la consideran una verdad objetiva e incuestionable. Tanto es así que, aunque el entorno opine lo contrario o consideren que están exagerando en la valoración que hacen de sus defectos, ellas y ellos se mantienen firmes en su creencia, considerando que los demás les dicen aquello para consolarles o directamente engañarles.

Las personas que padecen Dismorfofobia viven en un estado de gran ansiedad y angustia. A partir de la percepción distorsionada de su cuerpo, se genera una forma incorrecta e irracional de pensamiento y una rumiación constante, y en consecuencia aparecen comportamientos que crean conflictos en la pareja, la familia o en el trabajo, y que también producen conductas de elevado riesgo, como acudir a una cirugía, en ocasiones muy radical y agresiva, reiteradas veces, para resolver un defecto que sólo está en su percepción, en su procesamiento cognitivo.

El procesamiento cognitivo diferencia al ser humano de otras especies (los reptiles no son capaces de este tipo de procesamiento).

Este mecanismo hace que la imagen que percibe la retina sea procesada por el cerebro y “reelaborada” según las creencias, expectativas, miedos, deseos…

Del procesamiento cognitivo surgen logros y creaciones, el arte o la literatura, pero también, cuando este procesamiento no se realiza de un modo correcto, la “reelaboración» está distorsionada, lo que ven nuestros ojos, nuestro cerebro lo convierte en otra cosa.

El Trastorno Dismórfico o Síndrome del Espejo no es muy común, sólo entre un 1% y un 2% de la población ha sido diagnosticada. En cambio si es un trastorno psicológico que ha tenido en los medios de comunicación una gran relevancia al afectar a personas famosas, algunas de las cuales para transformar su imagen, se sometieron a una cirugía muy radical.

La atención por parte de la prensa a este trastorno ha aumentado últimamente, motivo por el que han pedido la colaboración de nuestro Centro de Psicología diversos medios:

Viñeta Psicologos Madrid Julia Vidal, directora de nuestro Centro, colaboró en el programa Gente Despierta (RNE) para hablar de cirugía estética en relación a este tipo de trastornos. Podéis escuchar el programa en el reproductor que veis más abajo o ir a la sección de nuestra web: “Participación en Radio”.

Viñeta Psicologos Madrid En ABC Salud, donde Julia Vidal intervino como Psicóloga experta para el artículo “La dismorfofobia, el grave trastorno que hace que Uma Thurman se vea deforme” que destaca comentarios de la actriz tan reveladores como este: «Pasé los primeros 14 años de mi vida convencida de que mi aspecto era horroroso. Era alta, con pies grandes y rodillas huesudas. Me sentía muy fea. Tenía una nariz grande, una boca grande, y esa clase de ojos separados en los que parece que tuvieras dos peces nadando entre las orejas. Incluso hoy, cuando la gente me dice que soy bella, no me creo una palabra».

Viñeta Psicologos Madrid Y en ABC Gente & Estilo en el artículo «Famosas con trastorno dismórfico corporal, el miedo a ser feas».

Dismorfia en famosas

Viñeta Psicologos Madrid Y por último sugiero que leáis el artículo donde participé como Psicóloga experta (Mariola Bonillo), para hablar de este mismo tema, la Dismorfofobia: “El Enemigo al otro lado” en El Correo.

La imagen que percibe la retina es procesada por el cerebro según las creencias, miedos, deseos… Clic para tuitear

Cómo afecta el Trastorno Dismórfico Corporal

Cómo hemos explicado, la persona que tiene una Dismorfofobia o Síndrome Dismórfico cree de manera exagerada que tiene uno o más defectos o imperfecciones en su aspecto físico.

Esta creencia sobre su imagen se expresa con una gran preocupación, una obsesión que genera angustia y malestar. La persona puede llegar a aislarse socialmente, evitando así que los demás vean sus “defectos”.

Según muchos estudios el inicio de esta creencia podría iniciarse en la adolescencia, aunque puede aparecer a cualquier edad.

El Trastorno Dismórfico Corporal lo sufren tanto hombres como mujeres. Las preocupaciones más frecuentes son defectos de la cara (nariz –que según los estudios ocupa el 45% de los casos–, dientes, arrugas, pelo…), defectos del cuerpo (abdomen, nalgas…) y olores corporales.

Lo que se observa es que las mujeres se preocupan más por la cara, el pelo y la forma o el tamaño de los pechos, y los hombres se centran más en el aspecto y tamaño de los genitales.

Una variante del Trastorno Dismórfico es la Vigorexia o Dismorfia Muscular.

Se caracteriza por la obsesión por obtener un cuerpo hipermusculado, lo que conduce a estas personas —principalmente hombres— a pasar horas en el gimnasio y a consumir hormonas y anabolizantes esteroides para aumentar la masa muscular.

Las personas que padecen Vigorexia se ven excesivamente delgadas a pesar de tener un cuerpo muy musculoso, presentan pensamientos reiterados de preocupación y mantienen constantes rituales (dedicar horas a los ejercicios de musculación, pesarse continuamente, llevar una dieta muy estricta y restrictiva, etc.).

Los vigoréxicos y vigoréxicas tienden a evitar situaciones en donde pueda ser observado su cuerpo (Salaberría, Borda, Amor y Echeburúa, 1998).

Viven con una tenaz e insistente obsesión: perciben en su cuerpo defectos, carencias o deformidades. Clic para tuitear

Los 6 principales síntomas de Dismorfia Corporal

Algunos de los síntomas más comunes son:

  1. La preocupación excesiva por los defectos e imperfecciones percibidos de algún o algunos aspectos de la cara, el cuerpo y/o de olores corporales.
  2. Esos “defectos” no son observables por los demás o parecen no tener la importancia que la persona les otorga.
  3. Se suelen realizar comportamientos repetitivos tales como mirarse mucho al espejo, cambiarse muchas veces de ropa antes de salir, buscar información en internet sobre cómo remediar el “defecto” o comparar su aspecto con el de otros u otras.
  4. Se utilizan gran variedad de productos de belleza, cremas, maquillajes, etc.
  5. Hay una tendencia a peregrinar por médicos especialistas como cirujanos, dermatólogos… para buscar una solución al “defecto” o a la “imperfección”.
  6. Se incrementa la actividad física y nunca es suficiente.

Cuál es el origen del Síndrome Dismórfico

Origen de la Dismorfia

Contexto social

Las redes sociales y los medios de comunicación están extendiendo un concepto muy poco saludable:

Parecer es más importante que Ser.

Se extiende como válido un canon de belleza “espectacular”, que impresiona e impacta, sobre todo a aquellas personas vulnerables que examinan y cuestionan con facilidad su propia imagen corporal.

Sería importante que se transmitiera un mensaje diferente, donde la natural diversidad de cuerpos y formas, se expresara con respeto y aceptación, y no con la crítica, la desaprobación o la comparación.

Biografía y entorno personal

En el desarrollo de un Trastorno Dismórfico, además de la presión social, hay otras cuestiones externas que contribuyen a su génesis.

Las situaciones adversas que se hayan vivido durante la infancia y la adolescencia (burlas o acoso escolar por parte de los compañeros), o la presión o exigencia de la familia o de la pareja para aproximarse a esos cánones de belleza, suelen estar en el origen de estos trastornos.

Personalidad

Hay aspectos de la personalidad, como la timidez, el temperamento ansioso, la tendencia al perfeccionismo, la autoexigencia, la necesidad de aprobación social, y la baja autoestima, que están muy relacionados con el inicio y curso de un Trastorno Dismórfico.

Consecuencias de una preocupación excesiva por los defectos físicos

Síndrome del EspejoLas consecuencias afectan a todas las esferas de la persona: emocional, familiar, social, académica y laboral.

La Dismorfofobia conduce a:

Se dedica mucho tiempo a examinar esas supuestas imperfecciones o a intentar buscar una solución para ocultar o disimular los defectos. Ropa, pañuelos, maquillajes, productos de estética, horas de gimnasio, peregrinación por médicos especialistas como cirujanos plásticos, dentistas, dermatólogos o nutricionistas.

Suelen necesitar que sus familiares y personas cercanas les dirijan palabras tranquilizadoras, que sólo aliviarán a corto plazo y que finalmente dejarán de ser útiles, hasta el punto de que terminarán pensando que no les dicen la verdad sobre su aspecto o que no se preocupan verdaderamente. En este sentido, se puede llegar a un deterioro de las relaciones familiares, de pareja o laborales.

Buscar en la cirugía una solución a un problema de Dismorfofobia, no sólo no resulta útil, sino que en la mayoría de los casos agrava el problema, ya que no quedan satisfechos y puede dar lugar a nuevas intervenciones, entrando en un círculo muy peligroso.

Contexto social, biografía personal y personalidad, están en el origen de la Dismorfofobia Clic para tuitear

Cómo sentirse mejor con la propia imagen sin cambiar el aspecto externo. 3 claves esenciales

Síntomas y Consejos del Trastorno Dismórfico

  1. Reflexiona sobre si realmente cambiar esa supuesta imperfección de tu cara o de tu cuerpo hará que te sientas mejor.
  2. Antes de tomar decisiones que impliquen intervenciones quirúrgicas, piensa en otras estrategias, como la posibilidad de aprender a aceptar tu imagen como algo natural y bueno.
  3. Es mejor afrontar que evitar. Intenta relacionarte con los demás, que no sean las creencias sobre tu aspecto físico las que limiten tu vida.

Si la preocupación por tu aspecto físico es excesiva.

Si lo vives con angustia y malestar.

Si evitas salir o asistir a clase o al trabajo debido al modo en el que percibes tu cuerpo…

Tal vez deberías considerar que es un buen momento para contar con un punto de vista profesional y especializado.

Los Psicólogos y Psicólogas podemos ayudarte a adquirir un pensamiento más constructivo, a ponerle objeciones a esas creencias que tanto te perjudican y a aproximarte a una nueva forma de valorar tu cuerpo y tu imagen, y el significado e importancia que tienen para ti.

Editorial

Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.
Han colaborado en el contenido:

Mariola Bonillo

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