La ruptura de pareja. Cómo comunicarlo a los hijos e hijas
Índice de Contenidos
- Versión audio podcast: "Comunicar a los hijos una ruptura de pareja"
- “La ruptura de pareja: Cómo comunicarlo a los hijos e hijas” [transcripción del vídeo]
- ¿Hay que evitar la ruptura o divorcio a toda costa?
- ¿Cuáles son los miedos más comunes?
- ¿Cuál es la mejor forma de comunicarlo?
- ¿Cómo finalizo la conversación?
- ¿Es conveniente ser sinceros y no ocultar nada?
- ¿En qué momento comunicarlo?
- ¿Qué consecuencias tiene para los hijos e hijas?
- ¿Qué consejo final nos darías?
- Editorial
- Puntúa y comparte
Versión audio podcast: «Comunicar a los hijos una ruptura de pareja»
Ya hemos mencionado anteriormente, por ejemplo en un reciente vídeo, que la ruptura de pareja es uno de los eventos vitales que generan mayor impacto emocional. Si la pareja tiene hijos o hijas, el impacto del divorcio o separación les va a afectar a ellos y a ellas de un modo especialmente intenso y complejo. En este sentido, cómo comunicarles a nuestros hijos este divorcio o ruptura, va a ser esencial para que su proceso de adaptación se realice con normalidad.
En este nuevo vídeo de nuestro canal de Salud Emocional: «Área Humana TV: Psicología y Educación Emocional», hemos entrevistado a Natalia Franco, psicóloga sanitaria experta en la materia. A través de su entrevista conoceremos claves relevantes en el tema del divorcio y los hijos desde la Psicología Científica. Nos responderá a preguntas como: ¿No hay que divorciarse por los hijos? ¿Cuáles son las principales consecuencias del divorcio para los hijos? ¿Cuándo y cómo debemos comunicar a nuestro hijos el divorcio? ¿Hay que ser completamente sinceros al hablar del tema? ¿Qué debemos evitar? ¿Van a tener secuelas nuestros hijos debido al divorcio?
¿Cuáles son las claves relevantes desde la Psicología para comunicar a los hijos un divorcio o separación? Clic para tuitear“La ruptura de pareja: Cómo comunicarlo a los hijos e hijas” [transcripción del vídeo]
La separación o divorcio es una situación vital estresante. Que es vivida como un duelo, como una pérdida. Al fin y al cabo –el divorcio o la ruptura de pareja– es un proceso de duelo. Este proceso de duelo lleva inevitablemente el afrontamiento de emociones displacenteras, como pueden ser la ansiedad, miedo, angustia, enfado, tristeza… Estas emociones displacenteras no son un problema real, son emociones adaptativas, esperadas por el propio cambio. Lo fundamental aquí sería, no la propia separación –o divorcio–, sino la gestión posterior que hacen los padres y madres, y la forma que tienen de afrontar, lo que va a determinar el grado de ajuste y el bienestar posterior del niño o la niña.
El divorcio es un proceso de duelo para los hijos. Las emociones displacenteras que sentirán son parte de ese proceso, y hay que ayudarles a comprenderlas y adaptarse a ellas, para finalmente superar esta etapa Clic para tuitear¿Hay que evitar la ruptura o divorcio a toda costa?
No divorciarse por los hijos
Hay relaciones de pareja que, a pesar de tener un alto nivel de conflictividad y deterioro, se mantienen en el tiempo por evitar afrontar este tipo de situaciones de separación, de comunicárselo a los hijos, etc. Sin embargo, hay diversos estudios que han demostrado, y que demuestran cada vez más, que una estructura familiar que, podríamos describir como intacta, es decir que no ha sufrido una alteración o una separación, pero con un alto grado de conflictividad, puede tener una influencia negativa mayor en los niños y niñas, que una estructura familiar alterada por cualquier motivo, por una separación por ejemplo.
¿Cuáles son los miedos más comunes?
Los miedos más comunes en los padres y madres, a la hora de afrontar esta situación, suelen ser, principalmente, aquellos relacionados con hacer sufrir a los niños y niñas. Hacerles sufrir, hacerles pasar por un momento de dolor, que a veces es etiquetado como innecesario. Y quizás, también es frecuente el miedo a marcar su futuro, de alguna manera, a dejar huella negativa con este tipo de estresor.
La realidad es que no tiene por qué suponer un trauma –una separación o divorcio– para los niños y niñas, si hay un manejo adecuado, si se acompaña y se permite al niño un desarrollo de estos mecanismos de adaptación, para finalmente aceptar y adaptarse a esta nueva estructura familiar.
Lo importante aquí, sería que el niño o la niña tenga la seguridad o garantizar siempre la seguridad, de que las figuras de apego fundamentales están disponibles y accesibles en todo momento, independientemente de la estructura familiar que se establezca.
¿Cuál es la mejor forma de comunicarlo?
Cómo comunicar el divorcio a los hijos: claves esenciales
- Lo importante al inicio es no dar demasiada información, porque esto les puede abrumar en una primera conversación, y les puede llevar, incluso, a generar más confusión.
- No es adecuado, tampoco, tratarlo como un tema tabú, si es una decisión que se tiene clara, y no demorarlo mucho en el tiempo.
- Un aspecto importante, también, es la culpabilización. El tener cuidado con los mensajes que usamos que pueden inducir culpa. Sobre todo en edades más tempranas, suele ser frecuente que el niño o la niña tenga la impresión que ha dicho o ha hecho algo que ha podido generar o motivar esa separación o divorcio. En este punto es importante que les dejemos al margen de esta decisión. Que les hagamos saber que no tienen nada que ver con ello. Y que van a tener disponibles sus figuras de apego en cualquier situación y en todo momento. De manera que garantizamos esa seguridad.
- Y por último también es importante informarles de lo que va a acontecer después y cuáles son los cambios que se van a producir. Si hay alteraciones en sus rutinas, en el cole, horarios, cambios de casa, etc. Es importante reducir la incertidumbre; y toda la información de la que ya dispongamos hacérsela saber para que ellos también prevean esos cambios y adaptarse a ellos.
¿Cómo finalizo la conversación?
Para acabar la conversación, puesto que no es una conversación fácil, sino todo lo contrario. Tenemos que tener en cuenta que no es una conversación con un punto final y en único ensayo, sino todo lo contrario. Hay que dejar abiertos esos canales de comunicación, para que los niños y niñas vayan preguntando, comentándonos sus dudas, y poco a poco haciendo ese ajuste a lo largo del tiempo.
Si es importante en ese momento, coger esas emociones displacenteras de los niños y niñas, y validarlas, es decir, no intentar bloquearlas, intentar obviarlas, intentar castigarlas, ni mucho menos, sino al contrario, entenderlas, acogerlas, validarlas como normales.
Evitar mensajes como: no llores, no tienes motivos para llorar, no pasa nada… Este tipo de mensajes pueden generar mucha indefensión y puede hacer que piensen que están sintiendo algo erróneo o algo que no deberían sentir. Serían más adecuados mensajes del tipo: ¿qué estas sintiendo?, es normal estar triste, es normal echar de menos, cuéntame qué te pasa, ¿tienes alguna duda sobre lo que está pasando?… Este tipo de mensajes, aunque parece que ahondan en el malestar, es todo lo contrario, lo que hacen es facilitar el desarrollo de mecanismos de adaptación –al proceso de separación o divorcio de los padres y madres–.
'La comunicación a los hijos de un divorcio o separación no es una conversación de punto y final, a un único ensayo y sin continuación, sino todo lo contrario'. Natalia Franco. Psicóloga experta en emociones. Clic para tuitear¿Es conveniente ser sinceros y no ocultar nada?
La sinceridad es importante. Sobre todo para no alimentar falsas expectativas en los niños y niñas, que puedan tener sobre la relación de pareja y sobre el futuro. Por tanto, tenemos que intentar ser lo mas sinceros posibles a la hora de comunicarlo. A veces no lo somos porque pensamos que es mejor, de alguna manera, aliviar el estado de los niños inmediatamente. Y lejos de aliviarles les entorpecermos en su proceso de adaptación.
¿Hay que ser sinceros al comunicar a nuestros hijos el divorcio o separación? Nos contesta la psicóloga experta Clic para tuitear¿En qué momento comunicarlo?
Cuándo y en qué situación tener la conversación sobre el divorcio con los hijos
Cuándo comunicar la separación, también es un hecho importante a tener en cuenta.
Suele ser recomendable un período entre una o dos semanas de tiempo para comunicarlo a los niños y niñas, y que se vayan preparando para ese cambio situacional que va a acontecer.
Dependiendo de la edad, si son edades más tempranas, con una semana de tiempo sería suficiente y de ahí hasta dos semanas sería el período recomendable.
En cuanto al momento ideal o más adecuado para llevar a cabo la conversación, suele ser aquel que permite tener un tiempo de margen posterior, es decir, que no haya interrupciones, que no haya prisas. Por ejemplo antes de cenar, que hay un tiempo después para que surjan dudas, preguntas, que se puedan solucionar cuestiones.
La situación más conveniente para tener esa conversación en la que comunicamos a los hijos un divorcio es aquella en la que no haya interrupciones, y haya tiempo para hablar y comentar las dudas, sin prisas Clic para tuitear¿Qué consecuencias tiene para los hijos e hijas?
Consecuencias del divorcio en los hijos
Respecto a las consecuencias de la separación, o qué es lo que pasa después de esta conversación, tenemos que ser muy conscientes que es un proceso de adaptación. Y en ese proceso van a suceder cosas que pueden asustarnos. ¿Cuales son estas cosas?
- El inicio de un proceso de cambio. Como todo proceso de cambio va a haber afrontamiento de emociones displacenteras. Y va a producirse un fenómeno que llamamos ansiedad de separación en el niño o niña. Esa ansiedad de separación supone que la seguridad se ve amenazada por la marcha de una de las figuras de apego. Va a ser inevitable echar de menos, el poder preguntar por otro progenitor… va a ser algo que se va a producir de una manera evolutiva o esperable, sin ser ningún tipo de problema añadido.
- También pueden producirse otros fenómenos en este período de adaptación, como pueden ser pesadillas –miedos nocturnos–, alteraciones del sueño, o vuelta a conductas que ya no estaban, de tipo regresivo, como puede ser chuparse el dedo, vuelta a descontrolar esfínteres, explosiones de enfado –impulsividad–, rabietas, etc. En estos casos es importante no castigar este tipo de conductas, sino al contrario, empatizar, comprender al niño, validarle mucho en ese momento, y poco a poco ir poniendo límites para que, progresivamente, vaya en disminución hasta un ajuste total, una aceptación de la nueva realidad por parte del niño o la niña.
¿Qué consejo final nos darías?
Una idea fuerza con la que quedarnos
La idea clave sería que, a pesar de ser una situación difícil y dolorosa, no tendría por qué suponer secuelas emocionales en el niño o la niña, si hay un manejo adecuado –emocional– por parte de los padres y madres.
Una adecuada gestión emocional por parte de los padres y madres será esencial en el proceso que vivirán los hijos en un divorcio, y será clave para evitar secuelas emocionales en ellos Clic para tuitearUna ruptura de pareja, una separación o un divorcio, es un proceso vital de gran complejidad, más aun cuando la pareja tiene hijos o hijas. En ocasiones las circunstancias son difíciles y nuestros propios recursos no son suficientes, con lo que la situación puede superarnos. Es natural necesitar ayuda, y contar con un psicólogo o psicóloga especialista nos va a permitir valorar la situación con mayor lucidez y actuar con eficacia y acierto, minimizando las consecuencias para nuestros hijos e hijas.
Editorial
Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.
Han colaborado en el contenido:

Psicóloga Sanitaria. Especialista en intervención clínica. Experta en desórdenes emocionales.
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