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Comprender la ideación suicida. Claves en la prevención del suicidio

Comprender la ideación suicida. Claves en la prevención del suicidio

(Tiempo de lectura 14 minutos)

«No se puede prevenir algo de lo que no se puede hablar». Esto decía, recientemente, la cantautora Rozalen, en la presentación de su canción “Agarrarte a la vida”, al hablar del suicidio y de la prevención del suicidio. Y es que la salud mental y el suicidio han sido temas tabúes, siempre asociados al estigma.

Afortunadamente las cosas están cambiando y hay una mayor visibilización de este trágico fenómeno. Aún así, a la luz de los datos en España, que indican que el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años, se hace evidente la necesidad de actuar mas y mejor. En este momento, en España, no hay ningún plan o estrategia estatal para la prevención del suicidio, no obstante, cabe destacar la reciente creación de un nuevo recurso: el teléfono 024 –bajo el lema «Llama a la vida»– para dar “una respuesta rápida y urgente” ante conductas o ideación suicida. La necesidad de medios como este es evidente: en su primer día de funcionamiento este teléfono atendió a más de 1.000 llamadas, dato que evidencia la necesidad de más ayuda, actuación e información.

Prevención de suicidio teléfono 024

Las estadísticas no son sólo datos

Es primordial ser conscientes de que tras los datos hay personas, jóvenes, adolescentes, adultos que sufren, que sienten desesperanza, que no ven una salida a sus dificultades, a los problemas que experimentan. E interpretan, perciben, que la única alternativa para dejar de sentir ese dolor, ese sufrimiento, es poner fin a sus vidas. En cualquier caso hablamos de cifras que conmocionan.

La Organización Mundial de la Salud advierte que, a menudo, se subestima el número de suicidios, no sólo porque se considera que los datos reales son superiores a las cifras oficiales, también porque la sociedad pierde, en cierta medida, consciencia de la verdadera magnitud de estas cifras.

De ahí que se ofrezcan datos comparativos, temporales o de evolución, para promover una mayor consciencia. Como que en España se producen 2,7 veces más muertes que los accidentes de tráfico, o que es, entre jóvenes de 15 a 29 años, la principal causa de muerte –sólo superada por el cáncer–, o que en España en el 2020 se produjeron 11 muertes al día por suicidio, una cada 2:15 horas.

Estadísticas sobre suicidio

También es crucial atender a la preocupante evolución de estos datos: en 2020 se produjeron 3.941 fallecimientos por suicidio, un 7,4% más que en 2019 (Fuente: INE).

Gráfica evolución de suicidios

Y esta evolución ha sido especialmente significativa en la población adolescente en la que el suicidio ha alcanzado cotas especialmente preocupantes en los últimos meses. Según datos del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, los intentos suicidas enmarcados en la adolescencia han crecido un 250%.

Datos de suicidio en adolescentes

Indudablemente, hay factores que es necesario considerar para comprender esta evolución –como la pandemia de COVID-19– que ha provocado importantes consecuencias en la salud mental.

Los desajustes emocionales y psicológicos se han incrementado tras el COVID-19 y una de las consecuencias ha sido el aumento de la ideación suicida, cuestión de la que hablaremos más adelante. En cualquier caso, estos datos ponen de manifiesto la necesidad de poner en marcha acciones decididas, desde todos los estamentos, tanto públicos como privados, para hacer frente a un problema de esta magnitud.

En lo que se refiere a la búsqueda de soluciones, hay un dato que es muy significativo: por cada suicidio hay 20 intentos previos, esto nos habla de una cuestión crucial, que tiene una importancia decisiva: el suicidio no es un acontecimiento instantáneo, tiene su proceso, su génesis, su evolución… y esto significa que el suicidio puede prevenirse.

Y es aquí donde hay que realizar el esfuerzo, en la prevención del suicidio. Empecemos por tratar de comprender la ideación suicida, partiendo del hecho de que suicidio e idea de suicidio no son lo mismo.

El suicidio y las emociones. Comprender las ideas de suicidio

Emociones en la prevención de suicidios

Tal vez lo primero sea diferenciar entre la idea de suicidio y el suicidio.

La ideación suicida hace referencia a tener pensamientos o fantasías acerca de la propia muerte (Garrison, Lewinsohn, Marsteller, Lang Hinrichsen, & Lann, 1991).

Las ideas de suicidio son muy frecuentes, y aunque son solo ideas, y ello no quiere decir que se vayan a hacer realidad, es necesario prestar atención a estos indicios, pues en algunas ocasiones son precursoras del riesgo de suicidio.

Nos movemos en un continuo y abordar el problema cuando aparecen las ideas es una forma de prevención de suicidios, un modo de ponerse en acción para resolver las dificultades o emociones que se están sintiendo, antes de que evolucione hacia estados más graves.

La vida es un entramado complejo y todas las personas nos vamos a encontrar en situaciones difíciles que nos desorientan y nos hacen sentir vulnerables, y que pueden evolucionar hacia estados que generan un elevado sufrimiento y una percepción de la realidad sin ninguna esperanza.

Este dolor se siente en muchas ocasiones como insoportable e interminable. Sentimos que las dificultades exceden a nuestros recursos para abordarlas, incluso, nos cuesta comprender e incorporar lo que está sucediendo, de ahí, la percepción de impotencia, desesperanza y desánimo que inunda esos momentos.

Pensar en suicidarse puede sentirse como una vía de escape para terminar con el dolor que se experimenta. Fantasear con la muerte puede ser para algunas personas algo parecido a esperanza y alivio, como una salida a una situación que creen que no pueden afrontar y que nunca cesará.

Ante estos momentos complejos, a cualquier persona, se le podría pasar, fugazmente, la idea de desaparecer, el deseo de acostarse y no despertar, o de morir –no de matarse–. Estas ideas –fugaces, sin intención ni planificación–, son más habituales de lo que creemos. Pero, son sólo ideas, y es importante realizar una labor de prevención para que se mantengan en este estadio.

Es un mito muy extendido pensar que si una idea está en nuestra mente es porque se va a llevar a cabo, esto es un sesgo de pensamiento que se denomina “fusión pensamiento-acción”.

No porque imaginemos o pensemos en querer desaparecer quiere decir que realmente queremos, pero si es importante ser conscientes de estas ideas y entender porque están ahí.

La visibilización supone también identificación, conocer mejor los indicadores de aquellos casos en los que existe un riesgo real. Y si hay dudas, consultar y buscar orientación con un profesional sanitario.

En definitiva, la prevención en materia de suicidios implica crear un contexto de apoyo familiar y social que proteja a las personas vulnerables para que no vayan más allá de la ideación, y estar atentos a cualquier señal para identificar una situación de riesgo, aplicando los adecuados recursos educativos y psicológicos para prevenir y anticiparse.

Identificando los riesgos y los factores de protección

Hemos insistido en el anterior capítulo que las ideas sobre la propia muerte forman parte, con mayor o menor frecuencia, de los pensamientos de muchas personas, y que esto no significa que estas ideas se conviertan en un acto de suicidio.

Las experiencias emocionales y sobre todo, la interpretación que se haga de esas experiencias emocionales –dolor y sufrimiento emocional, desesperanza, desconexión y aislamiento, interacción social…– van a ser decisivas.

Dolors López, docente que tras sufrir las consecuencias del suicidio de su hija, inició una investigación y diseñó un Plan de Formación del Profesorado en prevención del suicidio, decía que “lo fundamental para que una persona con ideas suicidas salga de su tunel mental es conectar con ella a través de las emociones”.

Las emociones son la clave. Para la persona con ideas suicidas será fundamental la gestión de sus emociones, la identificación, comprensión y regulación emocional. Y para las personas cercanas, que presten su apoyo a esa persona, comunicarse desde la propia gestión emocional, con empatía y autorregulación, va a ser, también, un factor decisivo.

Los riesgos

Aunque el suicidio es un proceso complejo en el que se cruzan factores que provienen de diferentes esferas de la persona –personalidad, contexto social, educación, dificultades…– conviene, en este esfuerzo de prevención, tener en cuenta que hay factores que pueden suponer en riesgo en cuanto al suicidio.

Estos son algunos de ellos:

  • Aislamiento y exclusión social –en ocasiones asociada a xenofobia, racismo, homofobia, transfobia…–.
  • Desórdenes emocionales o psicológicos que evolucionan hacia estadios muy graves por no recibir atención y tratamiento: trastornos del estado de ánimo, trastornos estrés, trastornos postraumáticos…
  • Pérdidas de personas muy relevantes en cuanto a vínculos afectivos y apegos.
  • Consumo de sustancias y dependencias –alcohol, drogas…–
  • Contextos familiares muy difíciles y desestructurados –abusos, violencia…–
  • Acoso escolar y ciberbulling.
  • Las armas de fuego –una relación poco formada, inmadura o poco consciente con las armas puede suponer un riesgo–.
La protección

De igual modo que, en materia de suicidio, hay factores que elevan el riesgo, como los que hemos visto en anteriormente, hay otros que elevan la resiliencia de las personas, es decir la capacidad para afrontar las dificultades y gestionar las ideas sobre la propia muerte –en caso de que aparezcan–, evitando que pasen de ese estadio de pensamientos.

En este sentido, en la protección y prevención del suicidio, potenciar las competencias emocionales va a ser una estrategia decisiva.

Nos referimos a:

  • Mejorar la autoestima.
  • Adquirir habilidades sociales.
  • Incrementar la autoconfianza.
  • Aprender a automotivarse.
  • Aprender a adquirir hábitos o cambiar aquellos no deseados.
  • Entrenar la autorregulación emocional.

Y por supuesto, las personas somos seres sociales. El apoyo y la integración social son fundamentales en un tema como el suicidio. Sentir que eres aceptado o aceptada, que formas parte de un colectivo, que eres una persona valiosa, válida, que compartes proyectos con otras personas, en definitiva, que sientes afecto y comprensión de tu entorno, son, definitivamente, extraordinarios elementos de protección.

La ideación suicida en la consulta de Psicología Sanitaria

Muchas de las personas que acuden a nuestra consulta, se les ha pasado por la cabeza la idea de “desaparecer” y algunos incluso han tenido algún intento previo de suicidio.

Destaca que estas personas no sean capaces de hablar abiertamente de la idea de suicidio, ni siquiera en el entorno de una consulta sanitaria. Es infrecuente que lo expresen, y no suelen hacerlo a no ser que les preguntemos directamente. Y por supuesto, en un centro de Psicología siempre preguntamos, porque sabemos que esta cuestión forma parte de la realidad de las personas que sufren.

Cuando les preguntamos abiertamente sobre esta cuestión, ponen cara de perplejidad… ¿porqué me preguntas esto? ¿cómo has podido saber que lo pienso?… pero contestan y se abren inmediatamente, por fin pueden hablar de este tema, y eso les da tranquilidad, seguridad, sienten que pueden afrontarlo con alguien que les entiende, que tiene conocimiento, les escucha sin juzgar, y puede guiarlos.

Tratamos de que en consulta, se hable sobre el suicidio sin distorsionar, que se expresen las ideas sobre él, se reflexione sobre las intenciones o sobre algún intento pasado; que se haga abiertamente, lo que les ayuda a elaborar mejor las situaciones que las originaron, disminuyendo los sentimientos de culpabilidad, miedo o las interpretaciones negativas, sobre las circunstancias o sobre ellos mismos.

Comunicar y expresar es muy importante en la prevención de suicidios. Sería bueno que todos fuésemos capaces de afrontar una detenida reflexión sobre este tema ya sea con nosotros mismos, o con amigos, familiares…

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8 Mitos que perjudican la prevención de suicidios

8 mitos sobre el suicidio

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La organización europea Mental Health Europe (MHE) en uno de sus artículos señalaba 8 conceptos erróneos muy comunes en relación al suicidio

(Fuente: Colegio Oficial de la Psicología de Madrid).
  1. Las personas que hablan sobre suicidio solo buscan atención. No lo harán y no es necesario tomarles en serio. Siempre hay que tener en consideración, tomar en serio, a las personas que manifiestan la intención de terminar con su vida. Expresar la intención de suicidarse puede ser una forma de solicitar atención, apoyo emocional, ayuda. Es fundamental hablar con ellas, comunicarse, darles apoyo, y también recabar la información adecuada y aprovechar para ofrecérsela.
  2. Solo las personas con problemas de salud mental mueren por suicidio. Ni todas las personas que viven con problemas de salud mental se suicidan, ni todas las personas que mueren por suicidio tienen problemas de salud mental. El suicidio puede afectar a cualquier persona.
  3. El suicidio es una elección personal. No tenemos que intervenir en la decisión de morir de una persona. La mayoría de las personas con conducta suicida en realidad no quieren morir. Como decíamos anteriormente lo que desean es no vivir la experiencia tan dolorosa que están experimentando, pero eso es diferente a querer morir.
  4. Hablar sobre el suicidio puede animar a las personas a acabar con sus vidas. Preguntar a las personas si están pensando en suicidarse no les da ideas de suicidio. El estigma que aún hay sobre el suicidio genera más riesgo por el aislamiento y la incomunicacion.
  5. El riesgo de suicidio termina cuando mejora el estado de ánimo. No se puede establecer una relación directa entre una mejora del estado de ánimo y que haya finalizado el proceso de suicidio, en ocasiones es justo lo contrario, puede manifestar una decisión firme de suicidarse, que la persona expresa con una especie de liberación o tranquilidad al haber tomado una decisión definitiva, la de suicidarse.
  6. El suicidio no puede prevenirse porque es impredecible. El suicidio puede prevenirse. Ya hemos hablado de los factores de riesgo, y también de los recursos y competencias que pueden adquirirse para potenciar las fortalezas ante las dificultades.
  7. La medicación es el mejor tratamiento para el suicidio. Los medicamentos, como los antidepresivos, no reducen las tendencias suicidas. En cambio las estrategias de prevención y educación emocional sí lo hacen.
  8. La hospitalización forzada reduce el riesgo de suicidio. Un estudio de 2019 indica que la práctica de la hospitalización forzada por problemas de salud podría producir mayor daño que bien. Esto es así en el caso del suicidio, las personas tienen más posibilidades de suicidarse al ser dados de alta tras una hospitalización forzosa.

Pautas en la prevención de suicidios

Prevención de suicidios

El suicidio es un grave problema de salud pública que puede prevenirse con las intervenciones adecuadas.

Es indudable que tiene una magnitud que requiere de una respuesta del mismo nivel, integral y coordinada, donde todas y todos debemos participar: administración, instituciones y profesionales sanitarios.

Algunas recomendaciones que conviene tener en cuenta:

  • Si en algún momento tienes ideas de suicidarte, en cualquiera de sus versiones e intensidades (me gustaría no levantarme, desearía morirme, si pudiese desaparecería, si pudiese me mataría…) o estás pensando en cómo hacerlo, consulta lo antes posible con un profesional de la Psicología, Psiquiatría o un médico especializado.
  • Si sientes un fuerte impulso de hacerlo, no lo dudes, vete a urgencias del hospital más cercano y cuenta lo que te pasa.
  • Puedes posponer cualquier decisión de suicidio, probablemente se vaya reduciendo la intensidad de las ideas y del “dolor” que sientes, y puedas ver que hay otras salidas.
  • Recuerda que pensar o sentir algo no significa que sea así. Puedes sentir que no hay solución, puedes pensar que es la única salida, pero es solo un pensamiento, no es una realidad.
  • Aprender a tolerar y no asustarnos ante las emociones displacenteras más intensas, de malestar, angustia, etc., hará que no se conviertan en sufrimiento, y al no ser tan intensas, no buscaremos desesperadamente una acción que elimine ese “dolor”, sino que nos podrá acompañar mientras buscamos soluciones.
  • Piensa en otras situaciones en las que has resuelto problemas que antes considerabas irresolubles. Te recordará que, aunque algo sea más difícil de abordar, no tiene que ser imposible.
  • Piensa en cómo te sentirás una vez que hayas resuelto el problema.
  • Piensa, –si es posible en este momento–, en razones para vivir.
  • Si ya lo has intentado en alguna ocasión o recientemente, acude cuanto antes a un psicólogo o psiquiatra. Este hecho genera mucha confusión e incluso vergüenza, es habitual, pero no te dejes llevar por ellos y céntrate en la búsqueda de información y soluciones.
  • Cuenta con otras personas de confianza en estos momentos, no tenemos porqué ser capaces de resolver las cosas solos, en muchas ocasiones tenemos que aceptar nuestros bloqueos y limitaciones, esto forma parte de la vida de cualquier persona.
  • Si eres un familiar o alguien cercano a personas que hayan expresado en ocasiones su intención de suicidarse, o lo hayan hecho, también es muy importante disponer de información, incluso acudiendo a personal sanitario experto. En algunos casos, ante una vivencia con tanto impacto emocional, puede ser muy conveniente abordar con un psicólogo o psicóloga, esta experiencia.

Estas pautas son orientaciones generales, tienen el objetivo de motivar la reflexión. Pero creemos que en la prevención de suicidios es esencial que, ante cualquier indicio, se busque orientación e información, acudiendo a un especialista sanitario.

Solo un psicólogo, psicóloga o psiquiatra, que conozca tu situación concreta va a ofrecerte un abordaje y las pautas precisas para ti y tu situación, y podrá proponerte la estrategia y las soluciones más adecuadas.

Guías y enlaces de interés en la prevención de suicidios

Hemos realizado una recopilación de algunas de las guías y enlaces en español que consideramos valiosos para la prevención de suicidios, especialmente dirigidos a las personas con ideas suicidas, a sus familiares, allegados y a docentes (clic en cada imagen siguiente para verla o descargarla )

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