(Tiempo de lectura 14 minutos) Al reflexionar sobre los desafíos, los retos y las situaciones que ha afrontado el personal sanitario en esta crisis excepcional, destacan la magnitud de la demanda asistencial, la incertidumbre en torno al COVID-19 y la sobrecarga emocional que todo ello ha implicado: estrés, ansiedad, miedo, culpa, frustración…
Las mujeres y hombres que, con su vocación de servicio, humanidad y capacidad de superación, se han colocado en la vanguardia del este desafío, ahora, que se está volviendo a la normalidad, empiezan a manifestar las consecuencias emocionales de haberse enfrentado a situaciones, condiciones y experiencias, indudablemente impactantes.
Los datos son abrumadores. 6 de cada 10 médicos dicen haberse sentido tristes o abatidos. La mitad manifiesta no ser capaces de desconectar, relajarse o ver una película. Sienten impotencia, tristeza o insomnio. Casi el 40% tienen problemas de concentración, falta de control de la ira o pérdida de apetito. Y la mitad manifiesta haberse enfrentado a dilemas éticos, con las consecuencias emocionales que ello supone.
Desde nuestro profundo agradecimiento por la labor profesional y humanitaria del personal sanitario, queremos acercarnos a ellas y a ellos, con algunas sugerencias que puedan ayudar, en este momento, a prevenir y cuidar la Salud Emocional, y contribuir a mejorar su gestión del estrés y su gestión emocional.
Es cierto que todas y todos avanzamos a tientas y con cautela en una situación extraordinaria a nivel mundial, sin embargo, los escenarios en los que se concentra la mayor complejidad física, psicológica y emocional, son los centros de asistencia sanitaria: hospitales, centros de salud y, por supuesto, residencias de mayores.
En este contexto, en la vanguardia, se sitúan miles de mujeres y hombres que, con su vocación de servicio, humanidad y capacidad de superación, ponen todas sus estrategias, conocimientos y experiencia al servicio de la comunidad.
Desde nuestro profundo agradecimiento por su labor profesional y humanitaria, queremos acercarnos a ellas y ellos, con algunas sugerencias que puedan ayudar, en esta extrema situación, a prevenir y cuidar la Salud Emocional, y contribuyan a mejorar su gestión del estrés.