(Tiempo de lectura 12 minutos) La comunicación es el fundamento de las relaciones interpersonales. La forma de comunicarnos está íntimamente asociada a las emociones y lo está en varias direcciones. Nuestras emociones determinarán cómo nos comunicamos. La forma de comunicarnos tendrá, para nosotros y nosotras mismas, consecuencias emocionales. Y nuestro estilo de comunicación afectará emocionalmente a los demás. Una comunicación violenta siempre tendrá consecuencias para todas las personas implicadas. En este artículo exploramos la Comunicación No Violenta (CNV) desde la perspectiva de la Psicología Científica. Destacaremos la importancia de la gestión de las emociones y os ofreceremos consejos prácticos para su aplicación en la vida diaria. ¡Acompáñanos!

Ira: la emoción que lo pone todo “patas arriba”
(Tiempo de lectura 17 minutos) Piensa un momento en la ira. Identifica una situación en la que, o bien has experimentado directamente esta emoción, o bien has presenciado cómo otra persona lo hacía, incluso, dirigiendo su ira hacia ti.
Una característica de esta emoción –y te invito a que reflexiones sobre esto– es que solemos atribuirla a los otros, si me enfado es por culpa de los demás o por acontecimientos externos.
Es frecuente que la persona que siente ira diga o piense: ¿Ves lo que me has hecho hacer? Yo no soy así, pero estas cosas sacan lo peor de mí. No sé cómo he podido ponerme así, seguro que es por el exceso de trabajo. Si no hubieras actuado así no me habría puesto de este modo.
Es curioso pensar que la ira es la emoción que más la consideramos ajena a nosotros: nos invadió la ira. Como si fuera un “ente” externo que se nos mete dentro y nos obliga a hacer cosas inimaginables. Y ese ente externo lo estimulan o lo generan los demás… ¿verdad? Pues no, no es así.
La ira, como todas las emociones, la generamos nosotros y nosotras, y también tenemos la capacidad de regularla, contenerla, ajustarla a la situación, expresarla cuando es conveniente –o no expresarla–.
Pero es cierto que la ira es una emoción que tiene algunas cualidades y características que la hacen singular: La ira lo pone todo “patas arriba”, tiene consecuencias para el entorno. Se relaciona con la falta de autocontrol. La ira nos hace sentir culpables. Tiene diferentes niveles de intensidad, con nombre propio: molestia, fastidio, irritación, enfado, enojo, rabia.
Acompáñame vamos a conocer mejor esta emoción, y vamos a empezar con un «Test sobre tu emoción de ira».

Estado de Alteración vs Estado de Relajación
(Tiempo de lectura 14 minutos)
¡UN NUEVO VÍDEO EN EL ARTÍCULO!
Marta de la Fuente nos guía en este «Ejercicio práctico de respiración abdominal o diafragmática». ¡Anímate a mejorar tu bienestar!
En este artículo voy a hablarte de la relajación, o más precisamente del estado de relajación. Y quiero empezar proponiéndote que imagines a una persona en dos estados diferentes. En uno de ellos la vemos andando rápido por la calle, cabizbaja, respira con dificultad, está agitada, parece no llegar a tiempo a algún sitio, esquiva a otros transeúntes, y su mirada no termina de posarse en ningún lugar, como buscando algo que no llega a encontrar; revisa con preocupación su móvil y escribe rápidamente un mensaje tras otro… En la otra imagen que te propongo, vemos a esta misma persona andando tranquilamente, respira con profundo sosiego, mira erguida hacia su alrededor y se detiene a observar alguno de los bellos edificios que la rodean, sonríe, y pasa son suavidad junto a otros transeúntes, no lleva el móvil en la mano, disfruta con calma y sin interrupciones de un paseo que no parece conducirle a ningún sitio en particular… Ahora, voy a hacerte dos preguntas: ¿Cuál crees que es el estado más frecuente, más normal, de esta persona? ¿En qué estado te gustaría estar la mayor parte de tu tiempo cotidiano?
Las respuestas a estas preguntas seguramente nos lleven a una idea, para mi, muy curiosa:
Estar relajado o relajada es un estado tan infrecuente y excepcional, cómo deseado y apetecible.
Tanto es así que un paciente, tras su primera sesión, en la que entrenó técnicas de relajación, me dijo: “No sabía que podía sentirme así, esto es completamente nuevo para mi”. Y son muchos los pacientes que en el momento del entrenamiento de técnicas de relajación me refieren “no me siento cómodo, estar relajado me genera sensación de falta de control”, y esto se explica por la falta de costumbre, porque es infrecuente en ellos y ellas ese estado de calma.
El objetivo de este artículo, es que comprendas qué diferencia un estado de relajación de uno de alteración. La relajación, ¿es un logro, una técnica, es actitud, personalidad, son las circunstancias…?

Pedir o solicitar perdón ¿Una cualidad innata o una habilidad que se aprende?
(Tiempo de lectura 12 minutos) Es probable que estemos de acuerdo con esta afirmación: “todas las personas cometemos errores”, entonces ¿por qué no estamos tan de acuerdo en conceder nuestro perdón o en la conveniencia de pedir perdón? ¿Depende del error, de las circunstancias, de las consecuencias de ese error…? ¿Hay errores imperdonables?

Regulación y autocontrol emocional: Aprender a vivir y aceptar todas tus emociones
(Tiempo de lectura 13 minutos) Hay momentos en la vida en los que experiencias intensas, generan en nosotros y nosotras, una suerte de “resaca emocional”. Estas experiencias emocionales influyen en cómo afrontamos las emociones futuras, hasta tal punto que determinan nuestras habilidades para gestionarlas. Quiero explicaros cómo funciona una habilidad esencial: la regulación o autocontrol emocional, y vamos a hablar de técnicas para controlar emociones como la ansiedad, la ira o la tristeza.