(Tiempo de lectura 11 minutos) Te voy a pedir que pienses en situaciones que te han hecho sentir mal. Pero antes quiero preguntarte: ¿te consideras una persona con buenas competencias emocionales?
Seguro que en las últimas semanas has pasado por alguna experiencia desagradable. Alguien no ha acudido a una cita importante, no te has sentido capaz frente una dificultad, tu hijo ha reaccionado de forma inadecuada contigo, sientes que tu pareja está menos implicada en vuestra relación, alguien te ha dicho algo que has sentido injusto, te han rechazado en una entrevista de trabajo, te sientes desplazada por algunos amigos, no consigues controlar alguna cosa importantes que quieres cambiar…
¿Qué sentiste, con qué intensidad, cuánto tiempo se mantuvo el malestar provocado por la situación? ¿Te asustó sentirte mal? ¿Qué hiciste para dejar de sentir disgusto? ¿Qué hiciste para resolver la situación?
Tómate un momento antes de comenzar a leer este artículo, escribe las situaciones recientes que te han afectado e identifica los siguientes elementos:
- Situación (que pasó).
- Emoción (cómo te sentiste). Gestión Emocional.
- Pensamientos (qué ideas surgieron). Interpretación de los hechos y de las emociones que se sienten. Procesamiento de la información.
- Conducta (qué hiciste). Afrontamiento.
Con esta sencilla técnica observarás tus estados emocionales e identificarás tus limitaciones o fortalezas a la hora de afrontar lo que te sucede en tu día a día. Te permitirá reflexionar sobre qué aspectos influyen en tus experiencias emocionales, obteniendo información que tal vez hayas pasado por alto y propiciará el aprendizaje y la adaptación.