
Aspectos psicológicos del dolor ¿Cómo podemos aliviarlo?
Índice de Contenidos
El dolor físico es una sensación que experimentamos desde que nacemos. De uno u otro modo convivimos con él a lo largo de nuestra vida. Lo sentimos en muchas circunstancias y situaciones cotidianas, ante una caída, una infección, una herida, un accidente, y también lo sentimos sin saber identificar su origen. A pesar de ser algo tan común, frente al dolor, casi nunca nos planteamos una estrategia distinta que tomar analgésicos. Pero la realidad es que el dolor puede provocarnos un malestar que va más allá de las sensaciones físicas, puede afectar a nuestras emociones y paradójicamente esas emociones pueden alimentar e incrementar nuestro dolor. Sí, el dolor y las emociones están muy conectados. Este artículo quiero dedicarlo a la psicología del dolor, explicaros por qué dependiendo de cómo seamos, de cómo sintamos y de cómo nos comportemos, percibiremos el dolor de un modo más o menos intenso y más o menos incapacitante.
En Capital Emocional (Capital Radio) puedes escuchar el programa completo.
¿Qué es el dolor? ¿Cómo se relaciona con nuestras emociones?
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASAP) califica el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable que se asocia a una lesión real o potencial de los tejidos”. ¿Te das cuenta que en esta definición ya están incluyendo las emociones, la experiencia emocional?
Esto nos indica que con una adecuada salud emocional, con una adecuada gestión emocional, podemos manejar mejor el dolor. ¿Cómo?
La psicología del dolor nos orienta a aplicar el entrenamiento en diferentes técnicas psicológicas para manejarlo y aliviar su intensidad y frecuencia.
Hay diferentes elementos que hay que explorar y analizar individualmente cuando hablamos de dolor:
- La experiencia dolorosa.
- La intensidad del dolor.
- La tolerancia al dolor.
Con una adecuada salud emocional y gestión emocional, podemos manejar mejor el dolor Clic para tuitear
En la psicología del dolor, la tolerancia al dolor, también llamada umbral del dolor, es un factor importante. Es subjetiva y depende de cada persona y afecta a nuestra percepción y reacción al dolor provocando reacciones afectivas desagradables y en ocasiones incontrolables –aparentemente–.
No es más fuerte o más débil aquella persona que tiene un umbral del dolor más alto o más bajo, es una cuestión fisiológica, es una cuestión biológica, de características personales que no podemos moldear. Pero sí podemos disminuir la experiencia subjetiva de dolor.
Psicología del dolor: Aspectos psicológicos del dolor
En la experiencia del dolor los aspectos psicológicos influyen de forma positiva o negativa; esto significa que más allá de las sensaciones físicas objetivas, cómo percibimos el dolor afecta a la intensidad con la que vamos a sentirlo.
La experiencia de dolor es el resultado final de dos factores subjetivos simultáneos: la capacidad sensible del individuo para percibir desagradablemente una alteración tisular dañina y su capacidad para soportarla.
En este punto intervienen tres componentes característicos de la experiencia dolorosa:
- Un componente sensorial: recoge las cualidades estrictamente neurosensitivas del dolor.
- Un componente cognitivo-evaluador: se refiere al significado que le da la persona a lo que está ocurriendo y a lo que le puede ocurrir –es una especie de valoración consciente–.
- Un componente subjetivo-afectivo-emocional: en el que confluyen el miedo, el temor, la angustia, la ansiedad, etc., y que influye esencialmente en el umbral del dolor.
Desde el ámbito de la psicología del dolor, los profesionales de la Psicología trabajamos sobre dos componentes:
- Componente cognitivo–evaluador, es decir, el pensamiento, anticipaciones y la predisposición de la persona ante el dolor y durante el dolor.
- Componente subjetivo-emocional, identificando y gestionando las emociones que surgen ante el dolor, que pueden interferir manteniendo o agravando la sensación dolorosa.
En psicología del dolor, el objetivo es intentar cambiar la percepción que tiene la persona de soportar el dolor y a su vez cambiar su actitud y comportamiento hacia el mismo.
El estado emocional y el dolor
El dolor repercute de forma muy negativa sobre las funciones del paciente generando un descenso significativo en su calidad de vida (trastornos del sueño, disminución del apetito, limitaciones de la actividad física, alteraciones de su vida social, etc).
La convivencia con el dolor, más si hablamos de dolor crónico, de intensidad moderada o alta, tiene graves repercusiones sobre la esfera psicológica del paciente.
La sintomatología psicológica más característica asociada al dolor es la depresión y la ansiedad.
Psicología del dolor: dolor y depresión
Los síntomas depresivos pueden ser al mismo tiempo síntomas característicos de la enfermedad biomédica del dolor crónico porque tienen muchas características similares. El enfermo de dolor crónico modifica los conceptos sobre sí mismo, presenta cambios de humor repentinos, está menos activo, muchas veces permanece largos períodos de tiempo en la cama, cambia su dinámica vital y se altera también la dinámica familiar, etc.
Los pacientes con depresión informan de dolor como síntoma destacado y los pacientes con dolor crónico presentan en un gran porcentaje depresión secundaria a causa del dolor.
Psicología del dolor: dolor y ansiedad
La ansiedad puede mantener la activación automática del dolor y facilitar la aparición de mayores síntomas, es por ello que hay una importante interrelación entre la experiencia de dolor y la ansiedad.
Estudios indican que manteniendo constante la intensidad del dolor, es el aumento de la ansiedad lo que hace que los pacientes califiquen a la experiencia dolorosa de insoportable. La ansiedad es un factor de riesgo para incrementar el dolor y la cronificación del mismo.
Cuando llegan a nuestra consulta pacientes con dolor, es importante realizar un diagnóstico diferencial a través de una evaluación exhaustiva; no sólo centrarnos en reducir el dolor, sino también disminuir la sintomatología característica de la ansiedad y depresión aumentando la percepción de control ante las emociones desagradables.
Aspectos psicológicos que relacionan el dolor con la ansiedad y la depresión Clic para tuitearCómo influyen nuestros rasgos de personalidad en la percepción del dolor
Nuestras características personales, los aspectos biológicos, la personalidad, nuestras tendencias, influyen en nuestros comportamientos, actitudes y procesamientos cognitivos. Es habitual encontrarnos con personas más resistentes al cambio o más inflexibles, con mayor tendencia a sentir ansiedad o depresión, con propensión a la preocupación, a la obsesión, a la queja, a magnificar y exagerar….
Las actitudes, rasgos, predisposición y estilos de afrontamiento repercuten directamente en nuestras experiencias de dolor.
Si nos centramos en rasgos característicos en diferentes desórdenes emocionales, nos encontramos un aumento de la interferencia y la limitación en relación a la experiencia del dolor:
- Personas con rasgos histéricos, tienden a mostrar cierta inmadurez en sus emociones y comportamientos, siendo de carácter extrovertido y dramático. Los sujetos de estas características que presentan dolor tienden a magnificar los síntomas, llegando a ser exagerados en sus gestos y conductas, dificultando la tolerancia al dolor.
- Personas con rasgos hipocondríacos tienden a una preocupación excesiva por el funcionamiento del propio cuerpo y sus disfunciones y anomalías. Perciben dolor ante la más mínima señal disfuncional que detectan. Suelen conllevar bastantes dificultades diagnósticas y terapéuticas hasta que se descubre el origen orgánico –o no– de su sintomatología, debido a sus interpretaciones inadecuadas.
- Personas con rasgos obsesivos, tienden a cometer, lo que llamamos, sesgos atencionales hacia las manifestaciones dolorosas, es decir, centrar la atención excesiva ante el menor síntoma, rumiar, preocuparse y obsesionarse convirtiéndose el dolor en el centro de su vida y de sus conversaciones.
Un factor fundamental en el manejo o intensificación del dolor es la atención. La Psicología en el dolor tiene un papel primordial para concienciar, enseñar y entrenar a la persona en dirigir su atención y de ese modo regular y manejar el dolor percibido.
El Dolor y la Atención, estrategias psicológicas
La atención es:
- Selectiva, “elige” a qué estímulos atender.
- Limitada, no podemos atender en condiciones óptimas a más de un estímulo al mismo tiempo.
- Controlable, aunque habitualmente funcione con el “piloto automático”, basta con proponérselo para darle órdenes.
Focalizando la atención en el dolor, podemos hacer que la experiencia dolorosa se intensifique y sintamos más dolor y malestar, lo que llamamos «efecto lupa»:
Un ejemplo que nos encontramos con mucha frecuencia es cuando nos hemos puesto unos zapatos nuevos para una fiesta, mientras estamos distraídos bailando, disfrutando de una conversación, de una buena música, parece que no existen las molestias, pero ¿qué ocurre cuando dejamos de bailar, la música se apaga y nos sentamos? Es muy habitual comentar “Que dolor de pies”. ¿No te dolía antes? ¿Los zapatos no te molestaban hace apenas unos minutos? ¿O quizás tu foco atencional estaba puesto en una actividad diferente, distractora?
El objetivo es entrenar a la persona en dirigir su atención y así regular el dolor percibido Clic para tuitearEn el campo de la psicología del dolor, tenemos un abanico muy amplio de estrategias psicológicas de desactivación, de manejo de la atención y los pensamientos, y modificación de nuestras conductas que podemos conocer y llevar a la práctica. ¿Te animas a intentarlo? Tienes mucho que ganar.
El folleto “Dolor Crónico. Aspectos Psicológicos” ha sido publicado dentro del proyecto «Emociones y Salud», desarrollado por psicólogos y psicólogas de nuestro Centro, la Comisión de Emociones y Salud de la Sociedad para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) y el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Si decides modificar tu afrontamiento ante el dolor, y fomentar la proactividad, la búsqueda de soluciones, pide ayuda a un profesional de la Psicología que tenga experiencia en el manejo del dolor.
Te recomendamos un tratamiento integral, que incluya trabajo atencional, técnicas de relajación, técnicas cognitivas, asertividad, activación comportamental y la incorporación de hábitos saludables y de autocuidado.
En Área Humana encontrarás un equipo con gran experiencia y conocimiento en el dolor y en la relación entre las Emociones y la Salud.
Autora

Psicóloga Sanitaria. Psicooncóloga. Especialista en Ansiedad y Estrés. Experta en Habilidades Sociales y Asertividad. Directora del Área de Formación | Aula de Educación Emocional.
Estamos a tu disposición para cualquier duda o consulta que desees hacernos | Psicólogos Madrid Centro de Psicología Área Humana