(Tiempo de lectura 13 minutos) ¿Cómo te hablas cuando consideras que has cometido un fallo? ¿Qué tal te llevas con la emoción de culpa? ¿Con la de frustración? ¿Cómo entiendes el error? Es posible que muchas, muchas veces, recibas mensajes –desde fuera o desde tus diálogos internos– como: “no te autocompadezcas y asume las consecuencias”, “de nada vale lamentarse”, “¿cómo se te ocurre hacer eso?”, “ya te vale”, “anda que no darte cuenta”.
En este artículo me gustaría compartir contigo una parte de mi experiencia como psicólogo en el trabajo con emociones como la culpa, la frustración o el arrepentimiento, la tendencia a la autoexigencia y el perfeccionismo o la intolerancia al error y a la sensación de fracaso.