Psicología Deportiva: La ciencia del rendimiento deportivo

(Tiempo de lectura 9 minutos)

«Si tuviera que elegir una única clave que determine el rendimiento de un deportista, ¿cuál elegiría?» Esto le preguntaron a Patrick Mouratoglou, uno de los más conocidos e influyentes entrenadores del mundo del tenis. Y su respuesta fue: «Entender sus emociones». Sin duda, los profesionales que trabajamos en Psicología Deportiva estaremos de acuerdo con Mouratoglou, entrenador de algunas de la figuras más relevantes de la élite del tenis mundial, como Serena Williams. Pero, ¿son tan decisivas las capacidades emocionales en la competición deportiva?, ¿no es más importante el talento o las facultades físicas?

Mouratoglou responde nuevamente a estas preguntas con algunas frases que el mismo dice en el documental «Cuadernos de entrenador (The Playbook. 2020)»: “Muchos jugadores de élite no tienen confianza en ellos mismos, tienen mucho talento pero, sorprendentemente, no confianza”. “Aceptar los errores y fracasos sin dudar de tu talento es uno de los retos. Muchos jugadores en su carrera profesional dudan de su talento y sus capacidades, debido a derrotas continuadas, lesiones…”. “Una gran debilidad puede convertirse en una gran fortaleza”. “Es imprescindible asegurarse que la mente va por el camino correcto. Puedes ser un campeón, tener talento, pero, cuando la duda llega, tu rendimiento, esfuerzo y motivación se pueden ver altamente afectados”. “Hay que pensar como un campeón, la mente es la clave”.

Psicología Deportiva en Área Humana: argumentos para una especialidad científica

¿De qué se ocupa la Psicología Deportiva?

Nuestra ciencia, la Psicología, en su constante evolución y avance, tiende a especializarse para lograr la mayor eficacia, la máxima adecuación al contexto en el que se aplica.

La competición deportiva es, seguramente, uno de esos contextos en los que tiene todo el sentido esta especialización.

Hay tres reflexiones que son un “must”, una obligación, para una persona que afronta un reto deportivo:

Dónde estoy, dónde quiero estar, y qué estoy dispuesto o dispuesta a hacer para conseguirlo.

En el deporte de competición, además, hay que lograr un rendimiento superior al de tus rivales. Esto significa mejorar continuamente, superar límites, gestionar la presión, mantener el afán de superación, saber sacrificarse, y también, saber disfrutar.

Cuando pensamos en la competición deportiva, además de los aspectos físicos y técnicos, hay cuestiones de índole psicológica que, aunque no sean exclusivas del deporte de competición, sí forman parte indisoluble de él, y que son argumentos para explicar por qué es tan valiosa la Psicología Deportiva. Estos son algunas cuestiones que enseña a gestionar la Psicología Deportiva de Área Humana:

1. La derrota. Si algo tiene de específico la competición deportiva es que todo deportista ha sido derrotado o lo será en algún momento de su carrera. No se puede ganar siempre. Es fundamental saber gestionar la derrota.
2. El control. Algo que nos enseña el deporte de competición es que hay factores impredecibles, que escapan a nuestro control, por mucho que nos hayamos preparado. Lesiones, estados de ánimo, acontecimientos, expectativas, rivales… Saber gestionar expectativas, imprevistos, accidentes… es un aprendizaje básico.
3. La presión. La presión es un concepto subjetivo, una vivencia personal, que se relaciona con nuestras expectativas, y también con las expectativas que percibimos de los demás: ¿Qué espero de mí? ¿Qué esperan los demás de mi? Manejar la presión es un aprendizaje.
4. El juicio externo. El deporte de competición es un ámbito en el que difícilmente podemos sustraernos al contexto social, al juicio externo. Hay deportistas obsesionados con la aprobación externa, pendientes de la opinión, la fama, la validación social, que son muy sensibles a la crítica o a la pérdida de notoriedad social. Gestionar el juicio exterior va a ser fundamental.
5. La persona. “Cada persona es un mundo”. Esta conocida y certera frase, en el deporte de competición es crucial. Lo que funciona para un deportista no funciona para otro. Cada persona tiene necesidades y en consecuencia deberán aplicarse estrategias, métodos y técnicas adaptadas a cada deportista.
6. El equipo. En el deporte de competición el deportista no es una isla. Es natural que esté integrado en un equipo. Esto es evidente en los deportes de equipo, pero también es así en los deportes individuales. Va a ser fundamental la relación e integración del deportista con su entorno: entrenador –decisivo–, compañeros de equipo, staff técnico y médico…, incluso la relación con los medios de comunicación, televisiones, etc. Las habilidades sociales serán esenciales para mantener un adecuado equilibrio con el entorno del deportista.

¿Son tan decisivas las capacidades emocionales en la alta competición? José Serrano, psicólogo deportivo, nos explica cómo y por qué los factores psicológicos determinan el rendimiento deportivo Clic para tuitear

¿Para qué se utiliza la Psicología Deportiva?

En el deporte de competición, optimizar el rendimiento es un objetivo constante. El entrenamiento físico y técnico son cada vez más exigentes y evolucionan con innovaciones científicas y tecnológicas.

La especialidad de Psicología Deportiva de Área Humana sigue esta misma senda: rigor científico e innovación para alcanzar los mejores resultados en:

• Optimización del rendimiento.
• Mejora de la motivación.
• Gestión del fracaso.
• Autocontrol.
• Autoconfianza.
• Autoconocimiento.
• Concentración.
• Gestión de la presión.
• Relajación.
• Visualización de metas y objetivos.
• Capacidad de sacrificio.
• Gestión de obstáculos y superación.

Aplicamos un estudiado proceso que valora a cada deportista para aplicar las estrategias y técnicas más eficaces:

• Evaluamos dónde estás.
• Decides dónde quieres estar.
• Analizamos y definimos que factores psicológicos pueden impulsarte a llegar allí.
• Trabajamos sobre esos factores con las técnicas más precisas y eficaces.
• Revisamos, valoramos, hacemos balance, y continuamos progresando.

Gestionar la derrota, autocontrol, motivación, concentración, manejo de la presión, autoconfianza… Estos son algunos de los beneficios que logran los deportistas que cuentan con la Psicología Deportiva como parte de su entrenamiento Clic para tuitear

Psicología Deportiva: Los 5 factores psicológicos en el rendimiento deportivo

Nadie duda que un deportista o una deportista es una unidad cuerpo y mente. Pero muchas personas se preguntan cuáles son los factores psicológicos que más afectan al rendimiento en alta competición.

Son numerosos los estudios alrededor de esta pregunta.

Una forma de organizar y medir los factores implicados en el rendimiento, es la que se propone en el cuestionario CPRD (Características Psicológicas Relacionadas con el Rendimiento Deportivo).

Según el cuestionario CPRD, 5 factores mentales serán determinantes en el rendimiento de un deportista.

1. Control del estrés o activación

Si quieres crecer deportivamente has de ser un buen gestor de situaciones emocionalmente estresantes: días precompetición, rivales exigentes, lesiones, bajos resultados inesperados…

2. Influencia de la evaluación del rendimiento

¿Qué ocurre con tu rendimiento cuándo hay una situación de evaluación exigente?

Tu propia evaluación: lo que dices de ti misma o de ti mismo, y la evaluación de los demás: mis compañeros o compañeras, mi ranking, la gente del “mundillo”, quien está viendo la competición, etc.

En el deporte competitivo siempre existe cierto juicio interno y externo ante el acto deportivo. Pero, ¿cómo varia tu rendimiento dependiendo de la importancia de ese juicio?

Hay deportistas que se hacen dependientes de situaciones de evaluación, y que su mejor rendimiento se da en ellas, por lo que pueden manejar bien la ansiedad en situaciones importantes pero pierden eficacia entrenando cuando no sienten esa situación de evaluación. De la misma forma, son deportistas que en una racha de resultados pobres –juicios negativos–, pueden tener dificultades en recuperar su autoconfianza.

Por el contrario, otros u otras deportistas rinden mejor en los entrenamientos o en situaciones en las que el juicio negativo de su bajo rendimiento es menos amenazante. Estaríamos hablando de las personas que entrenando o en situaciones de competición dónde lo normal es que pierdan, se crecen ofreciendo la mejor de sus versiones, bajo la sensación de estar liberados de esa evaluación negativa si no logran resultados –no tienen nada que perder y mucho que ganar–. Sin embargo, sus niveles de activación, confianza, concentración y satisfacción no son los óptimos cuando a priori, “deben” ganar, pues su organismo intuye un severo juicio negativo si no lo hacen.

3. Motivación

La competición es una fuente de motivación externa insaciable. El hambre del deportista motivado no termina nunca. Ganar y seguir ganando. Pero, ¿qué ocurre cuando esta motivación desaparece, porque estamos en una situación donde lo normal es que no lleguen resultados, porque estamos lesionados, o porque se detienen las competiciones –por ejemplo con motivo del COVID 19–? En esos momentos la motivación interna, ajena a los logros en competición, es la que «tira del carro» y empuja a seguir rindiendo.

4. Habilidad mental

El deportista de elite no es un cuerpo de elite. Necesariamente es una combinación de un físico privilegiado y entrenado, en una mente privilegiada y entrenada para su deporte.

Planificar, decidir, distraerse, concentrarse, solucionar, reevaluar, comunicar…todas ellas son tareas mentales donde la habilidad del deportista marca diferencias.

5. Cohesión de grupo

El deportista o la deportista no son independientes, forman parte de un equipo en el que su sentimiento de unión influirá directamente en su satisfacción y sus resultados. Los equipos forman familia, y todos los componentes de esa familia han de sentirse cómodos para dar lo mejor de cada uno. Trabajar en comunicación y en las dinámicas de equipo que hagan esto posible, forma parte también del alto rendimiento.

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Conclusión: “Tus objetivos deportivos son nuestros objetivos”

Somos muy conscientes de que cada deportista va a requerir, en función de sus características o factores externos (modalidad deportiva, ranking, historial, equipo…) e internos (personalidad, recursos, habilidades, estilos de pensamiento, conducta, gestión emocional…), el diseño de una estrategia y la aplicación de unas técnicas, adaptadas a sus necesidades y objetivos.

Desde la especialidad de Psicología Deportiva de Área Humana:

1. Evaluaremos los mecanismos psicológicos que influyen en tu rendimiento deportivo, tanto aquellos que pueden estar obstaculizando ese rendimiento, como las potencialidades, cualidades y oportunidades, que podrían favorecerlo.
2. Elegiremos las técnicas avaladas científicamente que van a permitirte mejorar los factores que influyen y determinan tu rendimiento deportivo.
3. Estableceremos los objetivos y el plan de trabajo.
4. Definiremos los plazos para evaluar los resultados, aplicar las correcciones – si fueran necesarias– y decidir tus nuevos objetivos y continuar la mejora.

Patrick Mouratoglou, en sus reflexiones como entrenador, habla de dos conceptos que para mi son fundamentales: “conexión” y “emoción”.

Creo que si tuviera que resumir en una frase el objetivo de la práctica profesional en la especialidad de Psicología Deportiva en Área Humana, sería:

Hacer que el deportista conecte su cuerpo y sus emociones para que ambas trabajen unidas, al máximo de sus posibilidades, para impulsarle con éxito hacia su meta.

«Hacer que el deportista conecte su cuerpo y sus emociones para que ambas trabajen unidas, al máximo de sus posibilidades, para impulsarle con éxito hacia su meta». José Serrano. Psicólogo deportivo Clic para tuitear

Editorial

Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.

Han colaborado en el contenido:

José Serrano

Psicólogo Deportivo. Psicólogo Sanitario. Experto en trastornos del estado de ánimo, estrés y ansiedad.

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