
Explicamos la soledad, sus riesgos y sus oportunidades… y aprovechamos el cine para hacerlo
Índice de Contenidos
- ¿Has sentido, alguna vez, intensamente la soledad?
- La soledad en el cine: Her (Spike Jonze. 2013)
- ¿Es la soledad la “epidemia” del siglo XXI?
- ¿Qué es la soledad?
- La soledad: una emoción de reciente estudio
- [Actualización] Estudio científico relaciona la soledad y los trastornos mentales más comunes
- La soledad y las nuevas tecnologías
- Decálogo saludable para gestionar tu soledad
- Autora
- Puntúa y comparte
¿Por qué me encuentro tan solo (tan sola)? ¿Cómo puedo sentirme así en esta sociedad en la que todas las personas están “hiperconectadas”? ¿Por qué las personas en las redes sociales parecen tan acompañadas y yo no logro sentirme así?… Reflexionamos sobre… la soledad
¿Has sentido, alguna vez, intensamente la soledad?
La soledad es una emoción que forma parte de la experiencia humana. Independientemente de la cultura y del tiempo, siempre ha acompañado al ser humano a través de la Historia. Ha sido retratada multitud de ocasiones, a través de manifestaciones artísticas, de la poesía, la literatura, la música o el cine.
A pesar de que la soledad es un sentimiento universal que todas las personas somos capaces de reconocer, no siempre resulta fácil de describir. El cine, por ejemplo, lo ha intentado: Ciudadano Kane, Fresas Salvajes, Amelie…
Sin duda, hemos sentido alguna vez intensamente la soledad, pero… ¿seríamos capaces de explicarla, de comprenderla… incluso, de cambiarla? Clic para tuitearLa soledad en el cine: Her (Spike Jonze. 2013)
El “séptimo arte” posee una poderosa fuerza comunicativa, es capaz de condensar en poco tiempo complejos discursos emocionales. Además, presenta enormes posibilidades de divulgación y reflexión colectiva. Y es que el cine ayuda a comprender al ser humano desde un plano emocional.
Es por ello que, frecuentemente, en mis consultas como psicóloga clínica recomiendo películas a mis pacientes; lo considero un recurso muy útil, que incita a la reflexión emocional, y este es un buen comienzo para avanzar en la educación emocional, ¿no creéis?
Cuando pienso en la motivación que tuve para escribir este artículo, no se muy bien que fue antes: el propio concepto de soledad, una emoción compleja y llena de matices, tal vez por su doble vertiente, personal y social; o el modo tan intenso y sugerente en el que habla de esta emoción una película que me parece extraordinaria: “Her” (Spike Jonze. 2013).
En mi artículo voy a aprovechar esta película, protagonizado por Joaquin Phoenix para que conozcamos mejor qué es la soledad.
Her, es una obra ambientada en un futuro próximo, que describe la historia del protagonista, Theodore, personaje que interpreta Joaquin Fenix, un hombre solitario, atormentado y melancólico, que acaba de separarse y se enfrenta a una soledad natural y universal, característica de cualquier proceso de pérdida y duelo.
¿Crees que la soledad es la 'epidemia del siglo XXI'? La película 'Her' parece responder a esta pregunta, y la hemos empleado para explicar y comprender qué es la soledad Clic para tuitear¿Es la soledad la “epidemia” del siglo XXI?
Sin duda la soledad lleva implícitos importantes repercusiones en el funcionamiento psicológico de las personas, y aunque a veces es absolutamente necesaria, e incluso buscada o anhelada, otras muchas veces es experimentada como una falta, una deficiencia, como un vacío.
Algunos estudios afirman que un 30% de la población experimenta frecuentemente sentimientos muy intensos relacionados con la soledad, y esta cifra aumenta hasta un 80% en personas que contactan con unidades de salud mental.
Aunque estas cifras ya nos hablan de un problema notable, estudios más recientes (Holt-Lunstad et al., 2015), afirman que se trata de una verdadera “epidemia” (superior a la de la obesidad), que predispone a una mortalidad prematura y que por tanto, puede ser considerada como un problema de salud pública. Estos autores también prevén que estas cifras continúen aumentando.
Es indudable, a la luz de estos datos, considerar la soledad como un factor de gran importancia en el funcionamiento psicológico de las personas.
¿Qué es la soledad?
La soledad es una emoción normal, la sentimos en muchas ocasiones en diferentes períodos de nuestra vida, mas o menos largos.
En la película “Her”, la soledad que siente Theodore, es a priori natural, es una de las respuestas que forman parte del proceso del duelo, ante una ruptura de pareja.
Pero a medida que avanza la narración, vamos descubriendo que esta emoción puede convertirse en algo patológico. Y es que el protagonista, cuyo trabajo paradójicamente consiste en escribir cartas con fuerte carga emocional para otras personas (cartas de amor en fechas señaladas, aniversarios, cumpleaños…), tras finalizar su jornada laboral, se ve incapaz de enfrentarse a una soledad que cada vez le resulta más insoportable.
Podemos verle en la cama, llorando, en un diálogo interior, que expresa con intensa precisión lo que llamamos “anticipación”, un mecanismo que dificulta una buena autorregulación emocional:
“Estoy solo… a veces siento que ya he sentido todo lo que voy a sentir jamás… y de aquí en adelante nunca voy a sentir nada nuevo, solo versiones más pequeñas de lo que ya he sentido”
La soledad: una emoción de reciente estudio
Resulta significativo que el concepto de soledad no ha sido objeto de estudio por la Psicología hasta los años 50, cuando autores como Sullivan se interesan por ella definiéndola como “una experiencia desagradable conectada con la insatisfacción de la necesidad de intimidad interpersonal”.
Años más tarde (década de los 70), Weiss (considerado el padre de la investigación en la soledad), prueba a definirla como “la ausencia o ausencia percibida, de relaciones sociales satisfactorias. Experiencia que implica una aguda autoconciencia que quiebra la red de relaciones del mundo del self”.
Si bien a raíz de estas definiciones empiezan a surgir otras similares por parte de otros autores, siempre aparecen como elementos comunes a todas ellas:
La vivencia de la soledad como una experiencia subjetiva, en la mayoría de los casos sentida como dolorosa, fruto de una deficiencia en las relaciones sociales y no necesariamente sinónimo de aislamiento social.
Es el propio Weiss el que, en un intento de hacer manejable el término, distingue dos tipos de soledad:
- La soledad social, que tiene que ver con la carencia de relaciones sociales, relacionada con un sentimiento de marginalidad: “es la sensación de aislamiento, de no ser aceptado por los otros”; la persona desea tener lugar dentro de un grupo de personas y compartir.
- La soledad emocional, es la ausencia de relaciones significativas para la persona. La ausencia de apego, “que proporcione una base segura” (Bowlby, 1982). Este tipo de soledad se asocia con sensaciones de vacío y refleja el anhelo de encontrar a la “otra persona” con la que compartir la vida. En este segundo tipo se sitúa el protagonista de la película; y es que su anhelo por compartir se plasma en gran parte de sus monólogos: “hay algo que te hace sentir muy bien de compartir tu vida con alguien”.
La soledad no sólo afecta al ámbito emocional o psicológico conduciéndonos a estados de tristeza, sino que además también afecta a la salud física.
Se han demostrado relaciones entre la soledad y el aumento del cortisol o empeoramiento del sistema inmune. Algunos estudios establecen similitudes entre la respuesta que da el cerebro a la soledad, con el dolor físico. La doctora Eisenberger de la universidad de California (Estados Unidos) encontró que “tener sentimientos de soledad, activa algunas regiones cerebrales que son activadas también cuando sentimos dolor físico”.
[Actualización]
Estudio científico relaciona la soledad y los trastornos mentales más comunes
1 Mayo, 2019. Han sido publicados, en la revista científica «PLOS ONE», los resultados del estudio sobre la relación entre personas que viven solas y los trastornos mentales comunes, realizado por Louis Jacob (Facultad de Medicina de la Universidad de Versalles, Francia), Josep María Haro (Unidad de Investigación y Desarrollo, Universitat de Barcelona) y Ai Koyanagi (Instituto de Salud Carlos III, Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental, Madrid).
En el estudio se analizaron datos de 20.500 personas, de edades comprendidas entre los 16 y 64 años, que se obtuvieron de las Encuestas Nacionales de Morbilidad Psiquiátrica de 1993, 2000 y 2007 en Reino Unido.
Dada la alta prevalencia de trastornos mentales comunes (CMD, por sus siglas en inglés) y de personas que viven solas en Reino Unido, el objetivo de este estudio, utilizando datos representativos a nivel nacional, fue examinar la relación entre personas que viven solas y los trastornos mentales comunes, e identificar los posibles factores mediadores de esta asociación. Los datos se obtuvieron de las Encuestas Nacionales de Morbilidad Psiquiátrica de 1993, 2000 y 2007.
Los resultados fueron muy significativos, indicando que las personas que viven solas –de diferentes edades– tienen más probabilidad –de 1,39 a 2,43 veces más– de padecer desórdenes psicológicos.
Los investigadores estudiaron otros factores, además de la soledad, que explicaran estos resultados, como la obesidad, la dependencia o el consumo de alcohol, drogas, tabaco, o también la falta de apoyo social; y encontraron que la soledad explicaba el 84% de la relación con algún tipo de trastorno psicológico.
«Encontramos que la soledad explicaba el 84% de la relación con algún tipo de trastorno psicológico». Louis Jacob
Haz clic en la siguiente imagen para ver el artículo (VO) publicado en Plos One Journal.
La soledad y las nuevas tecnologías
Un futurible sobre el que reflexiona la película «Her»
Si nos situamos en el avanzado mundo tecnológico que nos propone la película “Her”, y adivinamos que estamos en una sociedad que potencia el aislamiento, –algunas de las primeras imágenes, cuando Theodore sale de la oficina y vuelve a casa, nos muestran espacios donde la gente se encuentra abstraída en sus dispositivos móviles. En una de ellas, el protagonista avanza pensativo entre una multitud en la que cada persona se muestra ensimismada y ajena a los demás–, es fácil entender que Theodore intente llenar el vacío de su soledad, entablando conversación con una inteligencia artificial –un avanzado sistema operativo con una sensual voz de mujer y llamada Samantha– y con el que inicia una inquietante relación.
“Her” (Ella) le proporciona compañía, le escucha, le comprende y le conoce, le ofrece momentos divertidos, risas e incluso sexo virtual. Notamos a lo largo de la película como cambia su expresión, como sonríe continuamente, como nos va mostrando lo que terminará por sentir: amor.
Pero la película va más allá de un romance virtual, habla de cómo esta emoción llevada al extremo nos conduce a la patología, nos habla de cómo alguien que no está, que no nos toca, puede darnos la capacidad de sentir. Jonze, el director, entiende a la perfección como un componente de la forma de vivir actual y trasmite la dureza de la soledad en un futuro posible.
La película muestra un futuro distópico pero cercano, donde la tecnología parece no tener límites, y el ser humano depende cada vez más de ella. Una tecnología que reemplaza las relaciones humanas reales, tangibles, y muestra también una estrategia que se impone: enfrentar los problemas –como el de la soledad– por el camino más rápido, sin esfuerzo y obteniendo la solución de inmediato.
Decálogo saludable para gestionar tu soledad
Sin duda, algo está cambiando en la sociedad contemporánea para que la soledad sea un motivo muy frecuente de consulta en Psicología Clínica.
Es indudable que las nuevas tecnologías han contribuido a una mayor conectividad, pero a la vista de los datos, no parecen ser la panacea de las relaciones sociales.
Identificación, regulación y gestión emocional o habilidades sociales, siguen siendo conocimientos que los especialistas en educación emocional consideramos valiosos y de plena actualidad.
Os propongo 10 consejos prácticos para actuar, ante una soledad no deseada, de una forma saludable:
- Reconoce la emoción y acéptala. La soledad es una emoción compleja que nos está enviando mensajes, al igual que otras emociones como la ansiedad –que nos avisa de una amenaza real o imaginada–, la soledad nos avisa de que hay una serie de necesidades que no tenemos satisfechas, de que estamos afrontando dificultades o de que estamos atravesando un proceso: “¿acabo de perder a un ser querido? ¿he roto una relación? ¿siento miedo a las relaciones sociales? ¿me bloqueo ante los demás? ¿no se expresar mis emociones y me aíslo?” son algunas de las cuestiones que nos podemos plantear para intentar entender el significado de nuestra emoción
- Comprende cómo es tu soledad. La soledad, al igual que cualquier otra emoción, hay que detectarla, identificarla y etiquetarla (ponerle un nombre) ya que nos ayuda a comprender y de esta manera decidir qué vamos a hacer con ella. En la medida en que entendamos lo que estamos sintiendo podremos aceptarla tal y como es, o realizar los cambios necesarios.
- Se paciente. Todo este proceso lleva tiempo, concédetelo, date tiempo para aceptar lo que te sucede, analiza cómo has llegado hasta ahí y no luches contra ello, sólo ten calma y paciencia. Después ya llegará el momento de decidir qué hacer con tu emoción, en función de cada caso; habrá veces que será mejor soltarla, dejarla ir, sin juzgar, otras veces habrá que pasar por ella, pensar, analizar, intentar resolver.
- No te pares. Realiza actividades con las que disfrutes, eso te ayudará a encontrarte mejor. No te inmovilices y aísles, comparte tus momentos, habla de ellos.
- Disfruta de tu propia compañía. La soledad en ocasiones es incómoda porque nos inquieta sentirnos a nosotras o a nosotros mismos. Aprovecha momentos para adquirir consciencia de ti, siéntete, realiza actividades que te gusten (lectura, cine, pasear, cocinar, música…), también puede ser útil iniciarte en la práctica del yoga o de la meditación.
- Haz ejercicio físico. Es muy importante tener buenas sensaciones físicas, biológicas. Practica deporte, lleva una dieta saludable, ten una buena higiene del sueño, descansa… Nuestro compañero, el psicólogo sanitario José Serrano, en uno de sus artículos, nos habla de los beneficios del deporte frente a la tristeza y la desmotivación.
- Entrena tus habilidades sociales. La interacción social mejora con la práctica. Entabla nuevas amistades, busca entornos y actividades que potencien relacionarte con otras personas.
- Haz pequeños cambios. Introduce variaciones en tus rutinas que te muestren nuevos caminos, nuevas posibilidades… estas pequeñas acciones van a generar nuevos intereses y nuevas metas.
- Supera tus miedos. Muchas veces detrás de la soledad persiste un intenso miedo al rechazo o al fracaso. Mi compañera Natalia Franco en su artículo “miedo a la soledad” nos da algunas pautas de cómo identificar estos miedos –puedes hacer un breve test– y cómo superarlos.
- Cuenta con ayuda. Si siguiendo estos consejos, el tiempo pasa y te encuentras de la misma manera, quizás es el momento de acudir a una psicóloga o a un psicólogo, con quien aprender, entrenar y adquirir recursos personales que te permitan realizar cambios con eficacia y mayor rapidez. En este sentido la terapia cognitivo conductual ha demostrado una probada eficacia científica.
La soledad es una emoción muy intensa por la que todas las personas, en algún momento de nuestras vidas, hemos tenido que transitar. Y aunque en ocasiones (como le ocurre a nuestro protagonista: Theodore) es una emoción tan intensa que nos nubla la visión de futuro, es posible aprovecharla para crecer, permitiéndonos abrir nuevas puertas a otros espacios hasta ahora inexplorados. Esos espacios mas personales, también mas sugerentes y que constituyen nuestro mundo interior.
La soledad, en definitiva, nos puede enseñar a disfrutar de nosotros y de nosotras mismas de una forma que no habíamos descubierto hasta entonces. Compréndela y transfórmala en tu aliada para conocerte y propiciar los cambios que deseas
Autora

Psicóloga Clínica. Especialista en Psicología Clínica y de la Salud.
Estamos a tu disposición para cualquier duda o consulta que desees hacernos | Psicólogos Madrid Centro de Psicología Área Humana