Envejecimiento saludable: Avanzando hacia nuestro mejor futuro

Envejecimiento saludable: Avanzando hacia nuestro mejor futuro

(Tiempo de lectura 12 minutos)

«Datos empíricos demuestran que la pérdida de capacidad generalmente asociada con el envejecimiento sólo se relaciona vagamente con la edad cronológica de una persona. No existe una persona mayor ‘típica’» Esta frase, expresada por la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS, en el «Informe Mundial sobre el envejecimiento y la salud» es verdaderamente reveladora. Viene a significar que cada persona envejece de un modo diferente, y que nuestras capacidades, físicas y cognitivas, no dependen necesariamente de la edad ¿Y de qué dependen entonces? De eso hablamos en este artículo, de adoptar estrategias frente al envejecimiento y los estereotipos que hay sobre él, de fomentar cambios dirigidos a entender la vejez como una etapa más, saludable por supuesto, pero sobre todo: una etapa vital. Hoy explicamos qué es el envejecimiento activo o envejecimiento saludable, y qué importancia tienen los aspectos psicológicos en este proceso.

¿Qué es el envejecimiento activo?

Vuelvo a citar a la OMS que define el concepto de envejecimiento activo:

Envejecimiento activo o envejecimiento saludable es el proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez.

Sin duda, todos y todas compartiríamos esta definición. Ampliar nuestra esperanza de vida saludable es una aspiración fácil de comprender. Muchas veces, incluso, nos hemos dicho que cuando seamos “mayores” y tengamos más tiempo libre, empezaremos a viajar más o a iniciar el aprendizaje de esa materia que siempre nos gustó.

Paradójicamente, en esta etapa en la que, efectivamente, tenemos más tiempo libre –incluso ya hemos pasado a la jubilación–, perdemos ilusión y motivación, bajamos nuestra productividad, nuestra actividad… Incluso nos relacionamos menos, disminuimos nuestros contactos sociales y entramos en procesos de soledad no deseada, una problemática social cada vez más acusada en nuestros tiempos y que afecta en gran medida a las personas mayores.

¿Cuánto sabemos sobre el envejecimiento activo? Explicamos las claves psicológicas para potenciar la motivación y la vitalidad en esta etapa de nuestra vida Clic para tuitear

El envejecimiento activo: 8 preguntas clave

Envejecimiento activo y Psicología

En relación a esta cuestión, el equipo de redacción de la revista «Gente Saludable», se puso en contacto conmigo para realizar una entrevista que sirviera de base para la publicación de un artículo sobre el tema.

Estas son las preguntas y las respuestas. Aunque al final podréis leer y ver el artículo tal y como se publicó en la revista, me ha parecido interesante poner la entrevista completa. ➡️ Ir al artículo

Esta entrevista se centra en uno de los aspectos más decisivos en el envejecimiento activo: las actividades y relaciones sociales, que son uno de los ámbitos de actividad que más se ven afectados en estas etapas de la vida.

1. ¿Por qué a medida que nos hacemos mayores nos cuesta más realizar actividades?

Hacernos mayores supone en muchos casos pérdidas y adaptaciones que pueden hacer que, rutinas, dinámicas que antes estaban establecidas, por nuestro entorno social y laboral, como salir con amigos, con compañeros o compañeras de trabajo…, se vayan abandonando.

Puede que este abandono se produzca inicialmente por alguna dificultad natural al avanzar nuestra edad: enfermedades, que empeore nuestro estado físico o que sintamos más cansancio. El problema es que, en vez de afrontar estas nuevas circunstancias, eligiendo la actividad, mejorando poco a poco nuestra forma física o cuidándonos más, dejamos las actividades, y esta tendencia, esta inactividad, al final se convierte en lo normal.

En esta cuestión hay también prejuicios y estereotipos que afectan a algunas personas. Por ejemplo la idea de que “ya no tengo edad para algunas cosas”. Esto no es cierto, adquirir un nuevo hábito es siempre una labor, no es algo que se logre sin proponérselo y sin realizar ningún esfuerzo. Y esto es así a cualquier edad.

También las personas necesitamos tener estrategias para el ocio. Es decir, planificar nuestras actividades de ocio y llevarlas a cabo.

Muchas personas no han aprendido estas estrategias, su vida giraba entorno a su trabajo, y cuando dejan el trabajo, no saben programar su tiempo de ocio, no tienen práctica, ni saben bien cómo hacerlo.

Otra cuestión importante es ajustar nuestras expectativas. Es indudable que nuestra capacidad física se reduce con la edad, por tanto hay que elegir la actividad que más se adapte a nuestro estado actual, y ver que sucede a medida que mejoremos nuestras capacidades.

Si no ajustamos nuestras expectativas y nos decimos cosas como “yo antes era capaz de hacer esto o esto otro, en cambio ahora… mírame” es probable que nos desanimemos y abandonemos antes de empezar.

2. ¿Es la socialización, una de las claves en el envejecimiento activo?

Probablemente las relaciones sociales son uno de los elementos clave para tener una buena salud física, mental y emocional.

La interacción con otras personas es muy estimulante, se reciben apoyos ante las dificultades, favorece la comunicación, la motivación, se intercambia información, experiencias, puntos de vista…

Es indudable que la Salud Emocional está muy relacionada con la interacción social.

La socialización es el espacio dónde se ponen en juego nuestra habilidades en lo social –o la carencia de ellas–. Es el mejor lugar para reconocer nuestros potenciales tanto como nuestras debilidades.

Lo importante es ser conscientes de que en esta etapa de nuestra vida tenemos una gran oportunidad para aprender y mejorar esas habilidades sociales.

Es una etapa inmejorable para aprender: a regular tus emociones, a decir no, a expresar tus opiniones o lo que sientes, a tener asertividad…

¿Cómo nos afecta pasar demasiado tiempo en soledad cuando somos mayores? Le hemos hecho esta y otras preguntas sobre envejecimiento activo a Julia Vidal, psicóloga experta en Salud Emocional Clic para tuitear

3. ¿Y qué planes son los más adecuados para facilitar el envejecimiento activo?

Relaciones sociales y envejecimiento activo

No hay una respuesta única a esta pregunta. Esta es un etapa de la vida que nos da la oportunidad para reflexionar sobre aquellas actividades o proyectos que no hemos realizado por avatares de la vida y que ahora podríamos realizar.

Cada persona tiene que pensar sobre sus capacidades, intereses y gustos, y también sobre sus posibilidades.

Vuelvo de nuevo a sugerir que ajustemos expectativas. Si nos planteamos como proyecto: “me gustaría dar la vuelta al mundo” y no tenemos la capacidad económica para realizarlo, la respuesta no puede ser “como no puedo hacerlo, no salgo de casa”. Ajustar expectativas significa ser realista pero mantener aspiraciones –ajustadas a nuestras posibilidades–, por ejemplo “voy a conocer los pueblos más bonitos de mi provincia”.

Lo que me parece importante es que decidamos actividades que puedan realizarse en grupo o que faciliten conocer y relacionarse con otras personas. Los ejemplos son innumerables: senderismo, aprender idiomas viajando, coloquios de teatro, de cine, clubs de ajedrez, de filosofía, de arte, descubrir ciudades en grupo, recorridos museísticos…

4. ¿Y las nuevas amistades son parte del envejecimiento activo?

Sin duda la amistad y todo lo que representa, es la experiencia vital y emocional más relevantes en nuestra vida.

Una de las cosas que facilita esta nueva etapa es que nos permite estar más receptivos a nuevas amistades. Se que, paradójicamente, puede sucedernos lo contrario, y mostrarnos más introvertidos, menos accesibles, pero si pensamos que a “nuestra edad” podemos permitirnos más libertad de acción, tener nuevas amistades puede ser una experiencia muy estimulante y motivadora.

Tener y cuidar nuevas amistades nos hará sentirnos personas más conectadas y activas, con mejor autoestima.

Un uso inteligente de las nuevas herramientas digitales, como son las redes sociales, puede ser de gran ayuda para conocer nuevos grupos sociales o nuevas personas con quien compartir actividades e intereses.

5. ¿Cómo nos afecta pasar demasiado tiempo en soledad cuando somos mayores?

Envejecimiento activo y soledad

Un reciente estudio científico realizado a partir de, nada menos que, 20.500 personas de diferentes edades, concluía que el aislamiento social eleva la incidencia de desórdenes emocionales. Los investigadores indican que las personas que viven solas tienen de 1,39 a 2,43 veces más posibilidades de padecer un trastorno emocional.

El aislamiento social que, según las estadísticas, aumenta a partir de edades avanzadas, es uno de los principales temas de estudio y análisis de los gobiernos. En Reino Unido se ha creado recientemente un Ministerio de la Soledad.

Sin duda la soledad no siempre es negativa, también puede significar oportunidades para la persona. De igual modo, podemos sentir soledad viviendo en compañía o teniendo una relación. Y al contrario, podemos no sentirnos solos o solas siendo lo que actualmente se llama “single”.

La cuestión es siempre cómo elegimos vivir, no obstante en edades avanzadas nuestras inseguridades, miedos, limitaciones… pueden hacer que tendamos a evitar relacionarnos o hacer actividades, y eso puede generar un aislamiento no deseado, que intensifique esas sensaciones, y provoque un “bucle de soledad”.

Más información en Psicología y Psiquiatría

Hablamos más en profundidad aquí: «La soledad, sus riesgos y sus oportunidades»

6. ¿Y las relaciones familiares? ¿Cómo influyen en el envejecimiento activo?

Envejecimiento activo y la familia

De igual forma que las amistades son un elemento esencial en nuestra Salud Emocional, la otra pieza clave, el otro pilar, es la familia.

Cómo evolucionen las relaciones familiares en los mayores, sobre todo con las personas más cercanas y próximas, es fundamental para tener un envejecimiento saludable.

El problema es que, en los tiempo que vivimos, las personas de avanzada edad suelen estar poco acompañadas. Los hijos e hijas no tienen el tiempo suficiente, o no son capaces de encontrarlo, para compartirlo con sus padres y madres, y hablamos de un tiempo de calidad.

Esta tendencia que puede generar a medio y largo plazo distanciamiento y resentimiento, es necesario cambiarla de algún modo.

Mi primera recomendación es que las personas mayores expresen a sus familiares, a su hijos e hijas, sus deseos y necesidades, que hablen con ellos y ellas, de esta cuestión, sin reproches, con naturalidad, pero con franqueza.

A veces, por no molestar, o por sentir que se está solicitando un sacrificio excesivo, no suele expresarse de un modo normal, y tendemos a decir “estoy bien, no te preocupes” para surgir como un reproche más adelante.

La clave de una buena comunicación es la expresión de las emociones con naturalidad. No se trata de quejarse, sino de decir lo que necesitamos o nos apetece de un modo normal. Tenemos derecho a expresarlo, pero también los demás tienen derecho a hacerlo o no. Pero si no expresamos nuestros deseos disminuyen las oportunidades de que se realicen.

El segundo consejo es ser concreto. No expresar nuestro deseo de una forma ambigua, también por pudor, como “me gustaría que vinieras más a verme”. Es más conveniente pensarlo, planificarse y hacer una propuesta: “¿por qué no venís este viernes a partir de las seis…”. Incluso ir más allá y tener prevista alguna actividad: “…estoy aprendiendo pintura al óleo y me gustaría mostraros unos bocetos de unos árboles espectaculares que hay aquí cerca”.

También puede ser bueno unirse a la vida y necesidades de los familiares, y sugerirles que cuenten contigo en alguna de sus actividades: “Me gustaría ir contigo a llevar al niño a música”. “Me gustaría que me recojas para ir a hacer la compra juntos”. “Avísame algún día que vayas al cine y creas que me puede gustar la película”.

El contacto de los mayores con la familia, sobre todo con las personas más cercanas, es fundamental para un envejecimiento saludable. La psicóloga nos propone algunos consejos clave Clic para tuitear

7. ¿Cómo se gestiona estar solo o sola de una forma saludable?

Actividades en el envejecimiento activo

La soledad es una vivencia subjetiva. Será una experiencia desagradable si no la deseamos o nos viene impuesta. Pero la soledad también puede ser una oportunidad para el auto-conocimiento, la realización de determinadas actividades o experiencias, o sencillamente, una situación natural.

Es importante pararnos y reflexionar, identificar qué actividades nos gusta compartir y cuáles deseamos realizar sin compañía. No tiene que ser todo o nada. Hay personas que les gusta cocinar o pintar sin compañía, pero les gusta practicar deportes en grupo.

La clave es organizarse con diferentes actividades y posibilidades, e ir viendo.

Busca actividades que te aporten, no solo algo para tu entretenimiento, sino también para tu salud. Cuando nos cuidamos nos sentimos mejor.

Con todas estas ideas haz un listado. Busca los materiales que te permitan la actividad y tenlos disponibles. Que no te frenen cuestiones prácticas: “No tengo pinceles, ni acuarelas”. “No tengo zapatillas adecuadas para salir a andar”…

Hay una cuestión importante en este tema: el miedo a la soledad. Es normal sentir este temor, todas y todos lo hemos sentido y lo seguiremos sintiendo, pero es más frecuente a medida que avanza nuestra edad.

Es importante aprender a aceptarlo como parte de la vida. No obstante, si ese temor es intenso y muy frecuente, significa que hay que hacer algo. En algunos casos leer sobre el tema o hablar de ello con otras personas que te den su punto de vista.

Contar con una psicóloga o psicólogo es una alternativa eficaz que nos facilita elegir la mejor estrategia para poner soluciones. Cada vez hay más psicólogos y psicólogas especialistas en personas mayores, es la denominada Psicogerontología.

8. ¿Tu conclusión sobre el envejecimiento activo?

Infografía sobre envejecimiento activo

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Es importante desarrollar una cultura del “envejecimiento saludable”. Potenciar políticas y servicios adecuados a las capacidades y necesidades de la población mayor.

No se trata de potenciar la Salud sólo como la ausencia de enfermedad, sino de potenciar una Salud Integral: estimular y fomentar en los mayores una vida autónoma, funcional, creativa y emocionalmente activa.

Hacen falta soluciones innovadoras, que aprovechen las nuevas tecnologías, para crear plataformas de actividades, grupos de apoyo y de socialización, movimientos comunitarios…

Cada vez hay más ejemplos de estas iniciativas: aplicaciones que informan de actividades para los mayores dentro de los barrios, programas de radio dirigidos a este colectivo, como «Juntos paso a paso»…

Se trata, en definitiva, de considerar a las personas mayores, sin duda, personas válidas, pero sobre todo: personas valiosas, con muchas cosas de las que disfrutar y otras provechosas que aportar a nuestra sociedad.

Artículo en la revista «Gente Saludable»: Cómo ampliar tus relaciones sociales

Consejos para un envejecimiento activo. Artículo publicado por «Saber Vivir. Club Gente Saludable», con la participación de Julia Vidal. Psicóloga. Directora del Centro de Psicología Área Humana.

Autora

Psicóloga Madrid. Julia VidalJulia Vidal

Psicóloga habilitada Sanitaria. Directora del Centro de Psicología en Madrid Área Humana. Especialista en Ansiedad y Estrés. Experta en Emociones y Salud.

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