112022Ene
–No sé qué decisión tomar. –Lanza una moneda. –¿Y si sale lo que no quiero hacer?

–No sé qué decisión tomar. –Lanza una moneda. –¿Y si sale lo que no quiero hacer?

(Tiempo de lectura 9 minutos)

El hecho de tomar una decisión, en ocasiones, puede llegar a convertirse en un momento frustrante, incómodo, paralizante, en un problema. Puede ser una situación muy complicada, donde podemos estar mucho tiempo dándole vueltas, pensando en todas las posibles opciones y sus potenciales consecuencias, incluso, puede darse el caso en el que lleguemos a un punto de bloqueo y estancamiento. Jean-Paul Sartre, máximo exponente del existencialismo, insistía en que el ser humano está “condenado” a decidir. Pero hay buenas noticias, podemos aprender técnicas de toma de decisiones.

En un artículo anterior hablábamos sobre los factores psicológicos que intervienen en la capacidad para tomar decisiones. Ahora vamos a hablar sobre el proceso de decidir y los principales errores que solemos cometer a la hora de tomar una decisión y cómo podemos afrontarlos.

Técnicas de toma de decisiones: comprender qué nos impide decidir

Errores en la toma de decisiones

No sé si lo sabes, pero a tu cerebro no le gustan los cambios, le gusta la certeza, la sensación de control y la estabilidad, ya que esto nos da seguridad y “garantiza” nuestra supervivencia, y nosotros estamos programados para sobrevivir.

Tomar una decisión implica un cambio y esto supone una amenaza para nuestro cerebro –supervivencia–.

Entonces, ante la posibilidad de un cambio –aunque a priori este fuese a mejor– nuestro cerebro siempre nos va a mostrar los potenciales peligros –en este caso en forma de miedos– con el fin de protegernos.

Al final, en mayor o menor medida, todos tenemos cierta tendencia al inmovilismo –más vale malo conocido…– ya que cualquier cambio en nuestra vida implica cierto tipo de riesgo, y quedarnos como estamos –aunque no estemos del todo bien– siempre va a ser una decisión segura y con más certeza que la nueva situación.

Una vez que introducimos un cambio en nuestra vida no sabemos lo que va a ocurrir, aparece la incertidumbre y ahí el miedo campa a sus anchas. Para mitigarlo intentamos analizar todas las posibles opciones, para decidir de la manera correcta, buscando certezas con el fin de minimizar el riesgo, pudiendo llegar a una situación de bloqueo o indecisión –parálisis por análisis–.

«–Y si me equivoco. –Y si me arrepiento.» No nos gusta tomar decisiones, pero es prácticamente inevitable. El psicólogo nos explica cómo tomar decisiones eficazmente Clic para tuitear

Técnicas de toma de decisiones: los 6 errores

Motivos para no tomar decisiones

  1. Analizar demasiado. Como hemos visto, con el fin de reducir el riesgo intentamos anticipar y controlar todas las posibles variables que pueda acarrear nuestra decisión, esto puede conllevar un análisis demasiado exhaustivo y a la búsqueda de una elección perfecta, con lo que muchas veces no llegaremos a ninguna conclusión ni solución práctica.
  2. Los «y si». –Y si me equivoco. –Y si me arrepiento. Podemos pensar que si nos equivocamos va a haber consecuencias terribles, muchas veces podemos tener una visión catastrófica de lo que puede ocurrir o le damos una importancia exagerada al hecho de equivocarnos en nuestra decisión.
  3. No querer asumir costes. Uno de los elementos más limitantes a la hora de decidir guarda relación con el hecho de asumir los posibles costes que implica el cambio.
  4. Postergar. –Más adelante será más fácil. En ocasiones, cuando nos cuesta tomar una decisión, podemos pensar que más adelante será más sencillo decidir o simplemente se irán colocando las cosas de manera natural. Detrás de esto puede estar el miedo a decidir y por tanto la evitación.
  5. Pensar que no estamos preparados o preparadas para afrontarlo. A veces, cuando la toma de decisión está relacionada con un aumento de responsabilidad –promoción laboral, maternidad o paternidad…– podemos creer que no seremos capaces de enfrentar la futura situación.
  6. Darle una importancia superlativa a la decisión. Pensar que la decisión va a influir mucho en nuestra vida y que va a ser algo definitivo y determinante para nuestro futuro.

Estos son algunos de los mecanismos que utiliza tu cerebro para protegerte. Al miedo hay que escucharle, pero no debemos creer todo lo que nos dice.

Si conocemos los principales errores que cometemos al enfrentarnos a una toma de decisiones, y tenemos las adecuadas estrategias para hacerlo, tomar decisiones no será un proceso tan difícil y angustiante Clic para tuitear

9 técnicas de toma de decisiones

Técnicas de toma de decisiones

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Quiero proponerte 9 técnicas para la toma de decisiones, o mejor dicho, 9 estrategias que van a facilitarte y hacer que sea más eficaz la toma de decisiones. Ten en cuenta que en la toma de decisiones va a ser fundamental una adecuada gestión emocional.

  1. Recuerda que «tienes derecho a tener miedo». Es normal que a la hora de tomar una decisión tengas miedo, dudas e inseguridad, no pasa nada, no es malo, puede ayudarte a movilizar y a buscar soluciones. Puedes decidir con miedo.
  2. Revisa tu historia. Llevas tomando decisiones toda tu vida. Cada día tomas muchas decisiones, prácticamente todo el tiempo estas tomando decisiones –si estudio o no, si inicio o no una relación, a qué dedicarme… que desayuno, que ropa me pongo… Tienes que quitarle importancia a la decisión en sí. Seguramente, en el pasado, alguna decisión que hayas tomado te habrá costado tomarla, pero es probable que hoy no lo recuerdes como algo especialmente complicado ni haya tenido consecuencias terribles. Cuando estás en el proceso de toma de decisiones todo parece complicado, pero una vez has tomado la decisión se normaliza y ves que no era para tanto.
  3. Asume el natural margen de error al tomar una decisión. No hay decisiones perfectas, acepta el margen de error que toda decisión lleva implícito. Tomar decisiones conlleva pérdidas y ganancias; las decisiones que tomes en la vida inclinarán la balanza en uno u otro sentido. Acepta que puedes errar, en mayor o menor medida, y piensa que tomar decisiones y equivocarse es la base del aprendizaje en la vida.
  4. No decidir es peor que decidir erróneamente. Realmente no es posible no decidir, ante una situación de cambio, en la que tenemos que tomar una decisión, si no decides estás decidiendo no decidir. En definitiva, cuando tú no decides, otra persona u otros factores, están decidiendo por ti. Y esto puede suponer un problema en el futuro. Evitar tomar decisiones va a incrementar el poder de tus miedos, vas a percibirte cada vez menos capaz, haciendo que decidir sea cada vez más difícil, y se va a incrementar la sensación de falta de control sobre tu propia vida. Vivir implica tomar decisiones.
  5. Confía en ti. La mayor herramienta que tienes para combatir el miedo es la autoconfianza, confía en ti, en tu criterio, en tu experiencia. Ten en cuenta que, además, las consecuencias, tanto positivas como negativas, seguramente solo te afecten a ti, vas a disfrutar los beneficios y vas a sufrir los costes, llevas toda tu vida haciéndolo.
  6. Asume el coste. Todo lo que hacemos tiene un coste, decidir una alternativa u otra lo tiene, incluso, como hemos visto, no decidir tiene un coste. Siempre que decidimos algo estamos perdiendo otra cosa. Si pensamos que para que una decisión sea correcta solo debe tener beneficios, nunca vamos a poder decidir.
  7. No te culpes. Siempre decidimos sin conocer las consecuencias. No tenemos una bola de cristal, siempre decides pensando que esa es la mejor opción, por lo tanto, la culpa no tiene cabida. Siempre decides con la información que tienes en ese momento, con tus necesidades y circunstancias, no puedes saber lo que va a ocurrir después.
  8. Utiliza la experiencia a tu favor. Con el paso del tiempo vamos aprendiendo, vamos teniendo más experiencia, nos conocemos más y entendemos un poco mejor cómo funciona la vida. Si miramos hacia atrás podemos pensar –si en aquel momento supiera lo que sé ahora…–,no podemos volver atrás, pero sí podemos aprender de las experiencias. Estoy seguro que en tu historia, en algunos momentos, te has dejado dominar por el miedo o la inseguridad y tal vez no has hecho lo que realmente querías o no te has atrevido a dar un paso en determinada dirección. ¡Seguro! A todos nos ha pasado. Me gustaría animarte a que cuando estés ante una situación de cambio y de toma de decisiones, te hagas la siguiente pregunta: ¿Que no me gustaría que me dijera mi yo de dentro de 5 años?
  9. Recuerda que siempre puedes “recalcular ruta”. Casi ninguna decisión que tomes será definitiva. Cuando damos un paso desconocemos los siguientes, no puedes predecir lo que va a pasar, pero si puedes afrontarlo cuando pase, y siempre puedes cambiar de dirección, incluso, dar pasos en la dirección opuesta, si así lo decides. Nada es tan importante o tan decisivo como tu cerebro te quiere hacer creer.
¿Por qué algunas personas toman decisiones con tanta facilidad y a mi me cuesta tanto? Tal vez si aplicas estos consejos también a ti te resulte mas fácil tomar decisiones Clic para tuitear

La vida tiene que ver más con adaptarse que con que todo salga según lo previsto.

Más información en Psicología y Psiquiatría

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Conclusiones

Comenzaba este artículo mencionando a Jean-Paul Sartre y a su famosa frase “el hombre está condenado a ser libre”. Con ella el filósofo nos habla de la ineludible libertad que tiene el ser humano para tomar decisiones, pero también nos indica la dificultad que implica tomarlas –él lo llama «condena»–.

Hemos tomado decisiones toda nuestra vida, sobre cosas pequeñas, poco trascendentes –qué ceno esta noche, qué plan hago este fin de semana…–, cotidianas –levanto el castigo a mi hijo, hago o no este gasto…–, hasta decisiones que abren nuevos caminos –qué carrera estudio, dejo o no a mi pareja, cambio de trabajo…–.

Tomar decisiones plantea un dilema, una disyuntiva, es un desafío, pero no creo –como dice Sartre– que sea una condena. Creo que es una oportunidad para construir una realidad nueva, cambiar, avanzar, en definitiva, vivir.

Evitar las decisiones, posponerlas, a veces indefinidamente, supone alimentar y darle fortaleza a nuestros miedos e inseguridades, hace perder la sensación de control, autoestima y autovaloración.

Comprender y practicar las técnicas de toma de decisiones, identificar los factores psicológicos que intervienen en este proceso, va a ser decisivo para tomar decisiones y tener el control sobre nuestra vida.

Si la indecisión, el bloqueo o los miedos te impiden seguir el camino natural de la continua y necesaria toma de decisiones en la vida, puedes contar con el asesoramiento y la guía de nuestro equipo de Psicología.

Editorial

Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.
Han colaborado en el contenido:

Juan Cañadas


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