Enfermedad Cardiovascular y Emociones: la conexión cuerpo-mente

(Tiempo de lectura 10 minutos)

Mi padre tiene serios problemas de corazón y ya le han operado varias veces. Desde su jubilación, su enfermedad cardiovascular ha pasado a ser casi una obsesión. Siempre ha sido una persona muy activa y positiva, y me da mucha pena verlo limitado y tan pendiente de su dolencia. ¿Qué recomendaciones podrían darme?

Esta pregunta que nos hacían incide en una de las cuestiones importantes en la enfermedad cardiovascular, y es su relación con las emociones.

Numerosos estudios insisten en la relación entre emociones y enfermedad cardiovascular –entre salud emocional y salud cardiovascular–, y es una relación de doble dirección. Pero antes vamos a responder a la pregunta…

Esta introducción y el primer epígrafe del artículo es parte de mi intervención en el último número de la revista de divulgación científica «Ciencia Cardiovascular» de la Fundación del Corazón (FEC). Puedes leer el número completo al final del artículo.

¿Cómo adaptarse a la enfermedad cardiovascular?

Cuando aparece una enfermedad en la vida de alguien se genera una alerta importante. La primera etapa es un periodo adaptativo y es bueno estar alerta y muy pendiente de ella.

El miedo o la preocupación hace que nuestra atención se dirija a la “amenaza” que tenemos en ese momento hacia nuestra vida e intentemos buscar soluciones y minimizarla. Este miedo es positivo, hace que nos cuidemos mejorando hábitos de alimentación, realizando ejercicio físico o siguiendo las prescripciones médicas.

Después, lo natural sería ganar confianza e irnos olvidando en parte de la enfermedad, o llevarla con más serenidad.

Esta etapa suele surgir al principio, al debutar la enfermedad, pero también puede aparecer más tarde si se une a otras circunstancias.

En el caso que nos ocupa este proceso se está dando tras la jubilación. Es una etapa de cambio que, como todas –aunque sean cambios positivos–, causa estrés. Es lo que llamamos un suceso vital estresante. Esto puede cursar con emocionalidad negativa –tristeza y ansiedad–. Al sentirse mal y con emociones que no había sentido antes podría asustarse –es otra nueva amenaza– y preocuparse más.

Por otra parte, el trabajo es una fuente de distracción que nos aleja de estar todo el tiempo pendiente de algo. Al no trabajar, es normal que se esté más pendiente de su enfermedad y llegue a obsesionarse.

Otros factores generales que pueden hacer que se mantenga en este estado de alerta y preocupación son:

• Porque hay un riesgo muy alto y real por esa enfermedad.
• Por factores asociados a la personalidad de cada uno –tendencia a la ansiedad, a preocuparse–.
• Baja tolerancia a la incertidumbre de la persona.
• Sintomatología depresiva por las circunstancias o la propia enfermedad, etc.

¿Qué puede hacer?

• Consultarlo con su médico. Algunos procesos o fármacos pueden favorecer estados depresivos.
• Entender qué le está pasando a nivel emocional. Acudir a un profesional de la Psicología y que le dé las indicaciones convenientes para eliminarla obsesión por la enfermedad.
• Acudir a grupos de apoyo de pacientes con estos mismos problemas, son de gran ayuda.
• Tener rutinas e iniciar actividades de ocio que le puedan distraer.

¿Cómo seguir disfrutando de la vida con enfermedad cardiovascular: consejos y estrategias? Clic para tuitear

Enfermedad Cardiovascular y Emociones

Empezábamos este artículo mencionando la relación entre salud cardiovascular y emociones –interacción confirmada por numerosos estudios científicos–. Esta relación funciona en ambas direcciones. Las emociones favorables –satisfacción, gratitud, ilusión…– pueden tener efectos protectores en la salud cardiovascular. De igual forma el estrés crónico –unido a hábitos poco saludables que suelen estar asociados al estrés– aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.

En la otra dirección la enfermedad cardiovascular supone un importante reto al equilibrio emocional de la persona al demandar de ella la puesta en funcionamiento de estrategias y competencias emocionales para ajustar una vida que se ve afectada por esta enfermedad.

¿Has oido hablar de la relación entre emociones como ira, tristeza, angustia… con la enfermedad cardiovascular? Analizamos desde la Psicología la relación entre emociones y salud cardiovascular Clic para tuitear

Hemos elegido 10 preguntas frecuentes sobre la relación entre la Enfermedad Cardiovascular y la Psicología, o los factores psicológicos.

FAQ. Relación entre Enfermedad Cardiovascular y Psicología

1. ¿Qué impacto tienen los desórdenes emocionales, como la depresión y la ansiedad, sobre la salud cardiovascular?

La depresión es el mayor factor de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, incluyendo enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y enfermedad arterial periférica.

En personas sanas aumenta el riesgo ya que pueden provocar cambios en la función cardiovascular, como un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

En personas que han sufrido un infarto agudo de miocardio, la depresión puede duplicar el riesgo de morir por infarto.

2. ¿Cuál es la relación entre el estrés y la enfermedad cardiovascular y como podemos actuar ante el estrés?

El estrés incide de dos formas sobre la salud cardiovascular.

• Por un lado se asocia al incremento de hábitos de vida no saludables: fumar, beber en exceso, mala higiene del sueño…
• Por otro, existe una relación –tal y como concluyen numerosos estudios científicos– entre el estrés y el empeoramiento de algunos factores biológicos, como la hipertensión, por ejemplo.

La forma de actuar ante el estrés es comprender qué es, cómo actúa, reflexionar sobre su origen –diferente para cada persona y contexto–, identificar nuestras tendencias a la hora de resolver los problemas vitales, y aprender técnicas y competencias emocionales –con asesoramiento y entrenamiento mediante cursos, por ejemplo– para afrontar los retos de la vida de un modo que afecten más de lo debido a nuestro bienestar mental y físico.

3. ¿Cómo afecta la salud cardiovascular al bienestar psicológico de las personas?

Los problemas de salud cardiovascular afectan de un modo muy intenso al bienestar emocional de las personas.

Las enfermedades del corazón –sobre todo cuando son graves y episódicas– incrementan emociones como la tristeza, el miedo, la incertidumbre… que nos hacen sentir extremadamente frágiles y vulnerables, disminuyendo nuestra percepción de control sobre nuestra vida y provocando complicados estados emocionales: soledad, indefensión, intensa tristeza…

Por otro lado algunos medicamentos utilizados para tratar las enfermedades cardiovasculares pueden tener efectos secundarios de índole psicológica.

4. ¿Cómo pueden las emociones positivas mejorar la salud del corazón?

Emociones como la alegría, la esperanza, la gratitud… pueden tener un efecto beneficioso en nuestra salud cardiovascular de varias formas:

Percibimos un mayor bienestar emocional y por tanto somos mas resistentes, por ejemplo, frente al estrés y la ansiedad.

Estas emociones contribuyen a mejorar nuestro sistema inmunológico –tal y como apuntan distintos estudios–.

Nos motivan a realizar y adquirir hábitos y comportamientos saludables: deporte, alimentación, interacción social, ocio saludable…

5. ¿Cómo pueden las técnicas de relajación, como el Mindfulness, beneficiar la salud del corazón?

Las técnicas de relajación buscan reducir o modular la actividad de nuestro sistema nervioso.

Estas técnicas tienen facilitan la regulación de nuestras emociones.

Algunas de las más conocidas técnicas de relajación son: la respiración abdominal, la relajación en imaginación, la relajación muscular progresiva. Una técnica muy conocida es el Mindfulness.

Cada persona puede elegir la técnica que mejor se adapte a ella y a sus circunstancias o motivaciones, pero conviene que sean prescritas y guiadas por un experto o experta.

6. ¿Qué estrategias de afrontamiento pueden ayudar a las personas a lidiar con la enfermedad cardiovascular y sus efectos emocionales?

Elegir de forma consciente y meditada las estrategias más adecuadas y funcionales y ponerlas –paso a paso– en acción. En primer lugar, tener toda la información sobre la enfermedad y los factores –biológicos y psicológicos– que influyen en ella –datos médicos, estilo de vida, tendencias de personalidad, competencias emocionales…– para definir un plan de acción y una estrategia a corto, medio y largo plazo, que reduzca el impacto de la enfermedad y nos prepare para el futuro.

Tener un plan de acción nos hará sentirnos responsables de nuestra vida y percibir control.

7. ¿Cómo se puede mejorar la comunicación entre los pacientes y los profesionales de la salud para abordar mejor los aspectos emocionales de la enfermedad cardiovascular?

Los pacientes, las personas, podemos aprender a tomar un papel activo en nuestra salud cardiovascular, haciendo preguntas a los profesionales, solicitando al cardiólogo que programe consultas con salud mental si lo necesitamos. De forma individual, buscando a expertos en factores de riesgo que han podido contribuir a la aparición del problema cardiovascular, como buscar un psicólogo o psicóloga para aprender a gestionar nuestro estrés.

8. ¿Cómo puede la Psicología contribuir a la adhesión a los tratamientos para enfermedades cardiovasculares?

Cuando un paciente está bien emocionalmente va a seguir con más adherencia las pautas de su médico especialista. Será más fácil que una persona con una buena regulación emocional esté motivada a seguir los consejos médicos –que pueden ser molestos y muy rigurosos– y adquirir nuevos hábitos saludables: deporte, alimentación, abandonar el tabaco o el alcohol…

9. ¿Cuál es el papel de la Psicología en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular?

Nadie duda de que el concepto de salud es un concepto integral, que concierne al ámbito de la biología y al de la psicología de la persona.

Una persona resiliente a nivel emocional será capaz de afrontar las experiencias difíciles de la vida con mayor habilidad y con un coste emocional mucho menor, además de que logrará obtener de esas experiencia conocimiento e información que elevará sus fortalezas para el futuro.

Por eso el papel de la Psicología tiene un doble objetivo:

1. Primero, que la persona adquiera competencias emocionales que le permitan afrontar con mayores recursos personales y de un modo más adecuado el impacto y las consecuencias de una enfermedad cardiovascular.
2. Y en segundo lugar, que la persona desde el autocuidado emocional y lo que esto representa: gestión y regulación emocional, hábitos saludables, buenos afectos y relaciones sociales… tenga un menor riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular.

«El autocuidado emocional es crucial en la adaptación a la enfermedad cardiovascular». Julia Vidal. Psicóloga experta en Emociones y Salud Clic para tuitear

Los psicólogos y psicólogas expertas en los aspectos psicológicos asociados a los trastornos cardiovasculares intervenimos en dos fases. Tras un infarto o angina de pecho, para contribuir a que el impacto emocional sea menor y se realice una gestión más adecuada de las emociones que van a surgir. Y en las estrategias de prevención, basadas en la adquisición de competencias emocionales que aumenten la resiliencia de las personas.

«Las emociones pueden ser una montaña rusa, pero no conviene que tu corazón siga el ritmo». Esta cita bien podría ilustrar el tema de este artículo: las emociones y la salud cardiovascular Clic para tuitear

Revista Ciencia Cardiovascular. Nº 148

Revista de divulgación científica de la Fundación Española del Corazón (FEC) de cuya comisión de expertas forma parte Julia Vidal como experta en Estrés Laboral y Bienestar Emocional del Comité del Programa de Empresas Cardiosaludables.

Editorial

Este artículo ha sido creado por el Equipo Editorial de Área Humana, dirigido por Julia Vidal. Todo su contenido –edición, texto e imágenes– tiene derechos de propiedad intelectual y no podrá ser reproducido sin el permiso expreso de Área Humana.

Han colaborado en el contenido:

Julia Vidal

Psicóloga habilitada Sanitaria. Experta del Área de Estrés Laboral y Bienestar Emocional del Comité del Programa de Empresas Cardiosaludables de la Fundación Española del Corazón (PECS). Psicóloga y directora del Centro de Psicología Área Humana. Experta en Emociones y Salud.

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